Sesenta y nueve insurgentes kurdos y dos soldados turcos murieron tras cuatro días de combates en el sureste de Turquía donde fuerzas de seguridad han redoblado las operaciones contra el grupo Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), dijeron el sábado fuentes de seguridad y del Ejército.
El Ejército dijo que aviones de guerra turcos que despegaron desde su base en Diyarbakir, en el sudeste del país, también bombardearon campos del PKK en el norte de Irak el viernes, destruyendo albergues y puestos de armas.
El cese al fuego de dos años entre Turquía y el PKK fue violado en julio, lo que puso fin a las negociaciones de paz y revivió un conflicto que ha afligido por tres décadas al sudeste del país, de mayoría kurda, y dejado más de 40.000 muertos.
«Las operaciones en la región (…) continuarán con determinación hasta que se restablezca el orden público», dijo el Ejército turco en un comunicado transmitido por la agencia de noticias Anadolu.
«La prioridad durante las operaciones es la seguridad de nuestras fuerzas de seguridad y los civiles que viven en la región», agregó.
Un soldado turco murió y otro resultó herido el sábado en enfrentamiento en el distrito Sur, que en las últimas dos semanas ha permanecido bajo un toque de queda policial, en la provincia de Diyarbakir, de mayoría kurda.
El Ejército dijo que el número de militantes kurdos que murieron tras cuatro días de operaciones en Cizre y Silopi, cerca de las fronteras con Siria e Irak, aumentó a 69. Las ciudades, ambas bajo toque de queda, son blancos de la última ofensiva de Turquía contra el PKK, en la que participan unos 10.000 policías y soldados.