Por Pablo Fernández B|Mujeres… y policías (Opinión)

En la semana transcurrida se celebró una vez más el Día Internacional de la Mujer. Fecha que por cierto no le debemos a la edulcorada fórmula comercial del capitalismo y su capacidad de degenerarlo todo (y que promueve una alocada venta de flores y bombones en estos días), ni mucho menos a la “buena voluntad” de la Organización de las Naciones Unidas (tan dada a decretar días mundiales de toda naturaleza para temas que luego poco y nada respetan muchos de sus integrantes).

La verdad verdadera es que una combativa mujer llamada Clara Zetkin, alemana y comunista para más señas, tuvo la iniciativa de propiciar esta fecha en honor a las mujeres trabajadoras, allá por el año 1910, cuando un amplio grupo de resteadas mujeres del mundo se reunieron en su tercer congreso internacional de mujeres socialistas, en la ciudad de Copenhague. Tiempos en que el trabajo femenino en condiciones de cuasi-esclavitud constituía una constante, como lo demostraría un año después el trágico incendio de una fábrica textil en Nueva York, cobrando la vida de 140 mujeres jóvenes, encerradas allí bajo candado por sus patrones masculinos.

Al margen del origen de la mencionada efeméride, lo cierto es que las mujeres del mundo llevan siglos luchando por el reconocimiento de sus derechos, el respeto a su condición humana y la dignidad de la que son legítimas acreedoras (especialmente cuando del ámbito laboral se trata).

Un campo particularmente complejo en este tema ha sido el de los organismos de policiales: instituciones vertebralmente construidas sobre criterios profundamente machistas, sexistas, misóginos en muchos casos; herencia indiscutida del patriarcado que el capitalismo occidental y cristiano se ha encargado de perpetuar en el tiempo y en la sociedad.

Afortunadamente, la Revolución Bolivariana (que es feminista por definición) ha comenzado a resquebrajar esos esquemas con paciencia histórica pero con constancia, para que podamos superar las taras históricas mencionadas.

Se han creado las secretarías de igualdad y equidad de género en los cuerpos policiales, se promueve una visión diferente en este tema y se incorporan cada vez más mujeres a estudiar en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad y a laborar en los propios organismos policiales.

Sabemos que esto es aun harto insuficiente, pero son pasos que se van dando en la dirección correcta, para que vayamos transformando las instituciones en un impostergable ejercicio contra la cultura hegemónica.

pabloefb@yahoo.com