El vicepresidente argentino, Amado Boudou, y el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, presentaron este lunes en la Corte de Apelaciones de Nueva York, en Estados Unidos, la posición de Argentina sobre los denominados fondos buitres, caso abierto por grupos especulativos que reclaman al país suramericano el pago de una deuda contraída en 2001 en plena crisis económica.
Luego de la audiencia, Boudou recordó que Argentina ha abierto en dos oportunidades canjes de deuda, en 2005 y 2010, con una oferta de reestructuración planteada por el Ejecutivo y aprobada por el Congreso.
El 93 % de los acreedores ha aceptado la oferta y un grupo minoritario ha quedado fuera de la negociación al no aceptar las condiciones de Buenos Aires, entre ellas la compañía NML Capital Limited, empresa que para reclamar el pago de la deuda solicitó la retención el año pasado de la Fragata Libertad en Ghana.
Boudou señaló que lo que está en juego «no es si Argentina puede o no puede pagar la deuda» que le reclaman, sino que «Argentina no va a violar su ley, que dice que no va a pagar a los acreedores que no ingresaron a la reestructuración».
La firma NML, que está involucrado en esta audiencia, cabe en la categoría de los «fondos buitre», porque acostumbra a invertir en la deuda pública de empresas o estados soberanos cuando se enteran de que están cercanos a la quiebra. Por ello, la comparación con el ave carroñera.
A la audiencia de este miércoles asistieron representantes de alto nivel del Gobierno, “marcando que Argentina va a defender su soberanía en todos los lugares que haga falta”, indicó el vicepresidente.
Agregó: “Suponemos que con los argumentos que se han presentado hoy podemos tener un resultado positivo, si así no fuera vamos a seguir”.
Argentina no descarta abrir un tercer canje de deuda si es necesario.
ARGENTINA SOBERANA
El vicepresidente argentino manifestó que su país, desde hace 10 años, “encara un proceso político de soberanía, desde la llegada de Néstor Kirchner, que tiene que ver con tomas de decisiones a través de quien fue elegido por el voto popular y que ocupa la casa de Gobierno. Entonces, esto ha sido una sorpresa para los tenedores de deuda, porque la historia indica que aquellos que tenían el poder financiero ejercían presiones y obtenían cada vez mejores ingresos”.
Indicó que “cuando los gobiernos y los países están sobreendeudados los gobiernos trabajan para los acreedores y no para su pueblo y eso fue lo que se vio en Argentina en los años previos a la llegada de nuestro proyecto político”.
Explicó que en Argentina se revirtió el destino de los ingresos del país, puesto que antes de 2003 se dedicaba 5 % del Producto Interno Bruto (PIB) al pago de la deuda internacional y 2,5 % a la educación. A partir del Gobierno de Néstor Kirchner, Argentina dedica 2 % del PIB a pagar deuda pública internacional y 6,5 % para educación.