Dos atentados con coches bomba fueron ejecutados en el barrio Al Yisad y en la zona de Gazaliya, que dejaron 20 personas muertas y 60 heridas. Los ataques fueron realizados a dos áreas de mayoría sunita u ortodoxa, en el barrio Al Yisad, ubicado en el suroeste de la capital; y en la zona de Gazaliya, en el oeste de Bagdad.
Una fuente de la policía iraquí precisó que una de las explosiones de carro bomba se registró contra los asistentes de una boda en Al Yisad. El ataque provocó la muerte de 16 personas y dejó 46 personas heridas. De la misma manera, causó importantes daños materiales en los vehículos aparcados en la zona.
Por otra parte, en la zona de Gazaliya, un vehículo explotó cerca de un mercado popular y ocasionó el fallecimiento de cuatro personas, mientras que 14 resultaron heridas.
Serie de ataques en Irak
Hace dos días los atentados en Irak fijaron como objetivo las zonas chiitas del país. Los ataques, cometidos con carros bomba y explosivos en diferentes barrios de Badgad, causaron 34 muertos y 156 heridos.
En otro suceso, este lunes tres jóvenes perdieron la vida y trece resultaron heridos al estallar dos artefactos explosivos en una cancha de fútbol al noreste de la capital. Las bombas detonaron al mismo tiempo en una cancha ubicada en las afueras de la zona Katon al Razi, en el oeste de Baquba, capital de la provincia de Diyala (situada al noroeste de Bagdad).
Una fuente no especificada reveló que la policía iraquí, conjuntamente con el departamento de los servicios secretos de la nación, capturó al “responsable administrativo” de la red terrorista Al Qaeda en la provincia de Al-Anbar (oeste).
Estos atentados se enmarcan dentro de la escalada de la violencia sectaria que atraviesa el país en los últimos dos meses, consecuencia del conflicto entre los partidos sunitas y el primer ministro chiita Nuri al-Maliki. Esta oposición incrementa el temor dentro de la población de que la violencia en el país retorne a los altos niveles registrados durante 2006 y 2007.
El pasado mes de abril se convirtió en el mes más mortal en Irak desde junio de 2008. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) precisó que durante este período se contabilizaron más de 700 muertos y mil 600 heridos, en medio de múltiples ataques.
La población sunita exige la liberación de los presos y la anulación de diversas leyes que consideran que el Gobierno de Al-Maliki utiliza para discriminarlos. Inicialmente, las manifestaciones conservaban una naturaleza pacífica. Sin embargo, fueron derivando en reiterados ataques luego de la represión realizada por las fuerzas de seguridad el pasado 23 de abril contra un campamento de protesta sunita.
La semana pasada, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ordenó “cambios en altos cargos de la seguridad y de las operaciones” al frente del aparato de seguridad para responder la oleada de violencia en el país.