Banqueros británicos admitieron que les pagan demasiado, en una encuesta divulgada este lunes por el Instituto San Pablo, vinculado a la catedral londinense, a cuyos pies protestan cientos de indignados contra la codicia bancaria y recortes presupuestarios.
Una pesquisa realizada a 515 trabajadores de instituciones crediticias de la City (sector financiero de Londres), auspiciada por el Instituto Cristiano de Reflexión de San Pablo, encontró que el 66 por ciento de los empleados y empresarios cree percibir un pago excesivo en comparación con otras profesiones.
El informe, bajo el nombre de Valor y valores: la percepción de la ética en la ciudad de hoy, se basa en un cuestionario realizado en agosto por la empresa ComRes de investigación de mercado, cuya divulgación fue postergada por discrepancias en la cúpula de la iglesia anglicana sobre el indefinido rol eclesiástico en las protestas de indignados.
Aunque el 75 por ciento de los encuestados dijo estar consciente de que la brecha entre ricos y pobres es «demasiado grande», el sondeo reveló que las dos terceras partes del sector financiero de la capital británica reconocen a los salarios y bonos como principal motivación profesional, destaca el diario The Guardian.
El estudio desde luego puso en duda toda ética salarial y de bonificaciones de los banqueros, a quienes los indignados responsabilizan de la crisis económica internacional por su avaricia y manejos especulativos.
Desde el pasado 15 de octubre, los inconformes mantienen un campamento de manera indefinida a las puertas del emblemático templo protestante de San Pablo, a sólo unos metros de la Bolsa de Londres (corazón financiero de Reino Unido) en actitud contestataria contra la codicia corporativa y en espera de que el Gobierno escuche sus reclamos.
Sólo el líder del Partido Laborista, Ed Miliband, principal opositor ante el gobernante bando conservador del primer ministro David Cameron, reconoció recientemente a los indignados y exhortó a los políticos del país a prestar atención a las demandas.
En la primera alusión a ese movimiento social, el dirigente del laborismo afirmó el domingo que la manifestación es un aviso de señales peligrosas que sólo los más imprudentes ignorarían.