El presidente del Parlamento Europeo, Michael Schulz, calificó este lunes de vergüenza e inaceptable que en países, como España, el desempleo juvenil supere el 50 por ciento, ante lo cual demandó más presencia de los sindicatos.
Durante una conferencia de alto nivel para conmemorar el aniversario 40 de la Confederación Europea de Sindicatos, Schulz indicó que las cifras de paro hacen que su reducción sea el primer objetivo de las políticas comunitarias.
Apuntó que los recortes han sido un trasvase de recursos de los ciudadanos a los bancos, y lanzó un mensaje a las organizaciones sindicales, «vengan ustedes al Parlamento Europeo y ayúdennos».
También el Comisario Europeo de Asuntos Económicos, Olli Rhen, resaltó el diálogo social y el papel crucial de los sindicatos para combatir la crisis y en particular el grave deterioro del mercado laboral en la Unión Europea (UE).
Señaló que a pesar de que en 2013 debe ocurrir un crecimiento gradual y en 2014 una recuperación más profunda, no hay espacio para la autocomplacencia porque la crisis ha destapado fallos estructuras que deben resolverse.
Rhen expresó que pronto se acordará el mecanismo de vigilancia de los bancos, entre otras políticas para que una unión económica y monetaria genuina y auténtica sea condición para crear empleo.
Consideró, además, muy urgente combatir el grave detrimento de la competitividad que ha dado lugar a un paro estructural con el saldo de 2,5 millones de puestos de trabajo perdidos en países como Francia y España en 10 años.
También exhortó a continuar las reformas en el mercado laboral, de manera que sean equilibradas y con el objetivo de acabar con los obstáculos a la creación de empleo.
En la UE los desocupados superan los 26 millones, mientras la situación más crítica se ubica en la Eurozona donde el desempleo alcanzó a 18,8 millones de personas, la mayor cifra desde que fue adoptada la moneda única en 1999.
España encabeza la lista con una tasa de desempleo excepcional del 26,6 por ciento, seguida por Grecia, donde llegó al 26 por ciento y Portugal que subió hasta el 16,3 por ciento en un año.
Las políticas de austeridad aplicadas para afrontar la crisis de deuda del bloque y cumplir las condiciones impuestas por los paquetes de rescate dieron lugar a sangrías de puestos de trabajo, que no ceden.