La dirección del laboratorio francés Marette anunció este jueves el cierre definitivo de sus puertas, seis meses después del inicio de una investigación por la muerte de tres bebés alimentados con nutrientes elaborados en esa instalación.
Según declaró el director de la firma, Jean-Luc Marette, las razones de la clausura «son de orden económico y no obedecen a que el laboratorio se sienta responsable del fallecimiento de los neonatos».
En enero pasado la Agencia Nacional de Seguridad de los Medicamentos ordenó la suspensión de la producción en esa entidad, ubicada en el departamento de Calvados, que suministraba bolsas alimenticias a una veintena de hospitales.
La decisión, prorrogada en abril por otros seis meses, se adoptó tras el deceso en diciembre de 2013 de tres recién nacidos ingresados en la sala de reanimación del hospital de Chambéry.
Los menores, que habían recibido alimentación por vía parenteral con nutrientes elaborados por Marette, sufrieron un shock séptico y un problema grave de circulación sanguínea debido a una infección con una enterobacteria.
Hasta ahora no hay una conclusión sobre las circunstancias del fallecimiento de los menores y los locales del laboratorio permanecen sellados, mientras continúa una investigación judicial llevada a cabo por un tribunal de Marsella.
Para familiares de las víctimas, el cierre definitivo de Marette era una noticia esperada desde hace varios meses.