El candidato por el partido republicano, Donald Trump encendió la última polémica en un mitin realizado el martes en Carolina del Norte arremetiendo contra su contrincante Hillary Clinton. «Si ella logra elegir a sus jueces, no habrá nada que hacer, amigos», dijo. Se refería al poder del presidente de EEUU, para nombrar a los jueces del Tribunal Supremo cuando queda una plaza vacante.
La declaración del candidato republicano fue interpretada por muchos medios como una llamada a utilizar la violencia para detener a como dé lugar a Clinton, a lo que la candidata demócrata respondió a través de su cuenta de Twitter; «Una persona que quiere ser presidente de EEUU nunca debe incitar a la violencia».
Ayer (martes) vimos el último de una larga lista de comentarios despreocupados de Donald Trump que cruzaron la línea», dijo la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Así de tajante fue la respuesta de Clinton a la nueva barbaridad de su contrincante republicano Dondald Trump. «Ayer (martes) vimos el último de una larga lista de comentarios despreocupados de Donald Trump que cruzaron la línea», dijo Clinton en Iowa. «Las palabras importan, amigos míos. Y si te presentas al cargo de presidente, o si eres presidente de Estados Unidos, las palabras pueden tener consecuencias tremendas».
La teoría de Trump es que si Clinton gana en las elecciones de noviembre, llenará el tribunal de jueces dispuestos a imponer una lectura restrictiva de la Segunda Enmienda de la Constitución. Esta enmienda garantiza, según la interpretación vigente, el derecho a llevar armas de fuego, y cuya regulación es objeto de un durísimo debate en EE.UU.
El candidato presidencial por el partido republicano, Donald Trump, durante un acto de campaña en Trask Coliseum, Wilmington Carolina del Norte, 9 de agosto 2016.
Mientras, los asesores de Trump le defienden afirmando que en ningún caso incita a la violencia, el equipo de Clinton lo han calificado de «muy peligroso». La Asociación Nacional del Rifle, el mayor lobby pro-armas del país, consideró que Trump acertó al decir que sería difícil proteger la segunda enmienda, si Clinton nombra nuevos jueces.
El Servicio Secreto, que debe proteger tanto a Trump como a Clinton, indicó a medios locales que estaba al tanto de los comentarios del republicano, pero no dijo si merecían una investigación, como algunos legisladores demócratas han pedido.