El consorcio constructor trabaja en las reparaciones a los problemas detectados recientemente en la ampliación del Canal de Panamá, que deberán estar resueltos en enero de 2016, informó Grupo Unidos por el Canal, S.A. (GUPC).
Las filtraciones en los quicios de las esclusas por fisuras son inspeccionadas e investigadas por separado y, de igual forma, se diseña su solución para una vez concluidos esos trabajos continuar con las pruebas electromecánicas del sistema de vaciado y llenado, aseveró la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
En una reunión conjunta de ACP y el contratista GUPC no pudieron establecer aún la fecha de apertura oficial al tráfico comercial de la ampliación de la ruta interoceánica, la cual permitirá el cruce de mercantes de mayor porte, llamados PostPanamax y que transportan tres veces más contenedores en comparación con los actuales.
La sociedad constructora informó que mantiene conversaciones con los subcontratistas encargados del diseño, quienes confirmaron enero como fecha de culminación del reforzamiento de las zonas donde se detectaron las filtraciones, y reiteró que el avance global de la obra es del 95 por ciento.
«En vista de lo encontrado, se decidió reforzar seis de los ocho quicios que tiene el proyecto, trabajos que consisten en perforaciones para insertar barras de acero», afirmó a la prensa Ilya Espino, vicepresidenta ejecutiva de Ingeniería y Administración de Programas de la ACP.
Aunque GUPC no dio su dictamen de las causas del problema, Espino piensa que la falla obedece a un error de diseño porque hizo falta acero de refuerzo en esa área específica.
Disputas entre las partes por el monto a pagar elevaron a tres mil 400 millones de dólares el reclamo del consorcio constructor por el diseño y ejecución de las esclusas, cuyo valor total de contrato fue inicialmente de tres mil 118 dólares.
La originalidad tecnológica del Canal de Panamá lo llevó a figurar entre las siete maravillas de la ingeniería civil mundial, un reconocimiento al resultado de quienes desde hace más de 100 años hacen subir y bajar los buques hasta o desde el Lago Gatún, que se encuentra a 27 metros por encima del nivel del mar.
Bajo similares principios de ingeniería de 1914, las nuevas esclusas solo agregarán algunas variable apegadas a las técnicas modernas, fundamentalmente las compuertas corredizas, las tinas de reciclaje de agua y el cruce de los buques con el auxilio de remolcadores, sin el uso de locomotoras que tiren desde tierra.
En las compuertas, además de un mecanismo más ágil de apertura y cierre, están facilidades de mantenimiento, en una suerte de dique seco dentro del nicho donde se «guardan» para dar paso a las embarcaciones, un mecanismo probado en otras partes del mundo.
El uso racional del agua, elemento esencial de las operaciones de la vía, encuentra en las tinas de reciclaje la posibilidad de ahorrar hasta el 60 por ciento del líquido que finalmente se va al mar.