La autorización del Congreso, que votó el viernes, forma parte de una de las medidas de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por su acrónimo inglés) del Pentágono, y en concreto, prevé que el Gobierno de Estados Unidos tenga permiso para vender misiles portátiles antiaéreos (MANPADS, por sus siglas en inglés) a miembros de los grupos armados de la oposición siria.
Pese a que hasta ahora la transferencia de MANPADS había sido implícitamente autorizada en ausencia de una prohibición absoluta, los críticos ven esta nueva disposición como una recomendación de la directriz política que el presidente electo, Donald Trump, debería tomar, ya que él no se ha mostrado muy a favor de apoyar a los grupos ‘rebeldes’.
Aún pendiente de que el Senado vote este proyecto de ley la próxima semana, los grupos opositores que reciben el respaldo y el apoyo de EEUU ya han celebrado este cambio de política, aunque no saben qué hará Trump tras asumir su mandato.
“Esta medida podría haber significado un cambio potencial para la oposición hace un año… en respuesta a la intervención de Rusia, que como hemos visto se ha visto implicada en el uso intensivo del poder aéreo (…) si Trump decide no poner fin al apoyo militar estadounidense a los rebeldes, proporcionar MANPADs podría ayudar a la oposición a mantener sus posiciones en Idlib, que sospecho que es donde se concentrará el poder aéreo ruso después de que Alepo caiga” en manos del Gobierno sirio, declaró Bassam Barabandi, asesor del Alto Comité de Negociaciones (ACN) de la oposición siria, al portal Al-Monitor.
La única limitación que el Pentágono tendría si decidiese enviar MANPADs sería un simple trámite: todo lo que tendría que hacer antes de entregar las armas sería presentar un informe al Congreso sobre los detalles de la transferencia y esperar 30 días antes de enviarlos a Siria. Todo ello sin ninguna otra condición y ningún proceso que pueda certificar que los elementos rebeldes no están cooperando con otros grupos terroristas.
La victoria del republicano en las recientes elecciones presidenciales inquietó a los grupos opositores sirios, entre otras cosas, por las críticas de Trump durante su campaña hacia el apoyo de EEUU a los que califica de ‘rebeldes moderados’.