El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) continuará la próxima semana las discusiones sobre la situación que se vive en Siria, donde desde hace meses grupos opositores armados mantienen acciones de violencia contra civiles y militares.
El viernes pasado, Marruecos presentó un nuevo proyecto de resolución que aumenta las presiones contra Damasco, aunque Rusia, miembro permanente del organismo, anunció que lo rechazará si esa iniciativa abre las puertas para una invasión extranjera a la nación árabe.
La propuesta marroquí tiene el apoyo de Estados Unidos, los países europeos y la Liga Árabe (LA), que anunció la retirada de la misión de observadores que estaban trabajando en Siria.
Sobre la decisión del organismo panárabe, el gobierno del presidente Bashar Al Assad señaló que es una maniobra para intensificar las presiones.
La mayoría de los miembros de la LA llamó al mandatario sirio a dimitir, bajo la excusa de facilitar una solución a la crisis interna.
El gobierno ruso ya había presentado un proyecto de resolución, en la que se pide el cese del fuego y profundizar el diálogo nacional para encontrar una salida pacífica a la crisis.
Por su parte, el canciller sirio, Serguei Lavrov, se pronunció este domingo por incrementar el número de observadores en Siria y señaló que la misión de observadores es «útil» en la actual situación.
El ministro se mostró asombrado por el retiro de los veedores «después de la aprobación por la Liga Árabe de una extensión por otro mes de la misión».
Lavrov también recordó que el proyecto de resolución de Rusia no fue discutido en el Consejo de Seguridad.
El ministro denunció además que aumentan la presencia en Siria de grupos armados irregulares, lo que demuestra «la persistencia del contrabando de pertrechos de guerra a esa nación».