Las autoridades mexicanas informaron este jueves que apresaron a 14 presuntos delincuentes relacionados al asesinato de 59 personas que fueron encontradas en fosas comunes en el estado de Tamaulipas (noreste).
El portavoz para la Seguridad Nacional de ese país, Alejandro Poiré, dijo al leer un comunicado que han sido detenidos por el Ejército y presentados ante la Fiscalía mexicana «14 presuntos criminales presumiblemente vinculados» con esta masacre, nueve de ellos fueron detenidos el 1 de abril y los restantes cinco este miércoles.
De acuerdo con una nota divulgada por la página web del canal Telesur, las autoridades mexicanas que investigaban la desaparición de tres autobuses secuestrados por narcotraficantes encontraron este miércoles en el municipio San Fernando, en Tamaulipas (norte) un conjunto de fosas comunes con 59 cuerpos que podrían ser de los pasajeros.
«Las tareas en proceso permitirán establecer si los cuerpos encontrados en las fosas clandestinas corresponden a los pasajeros», señaló este jueves un comunicado difundido por la fiscalía de Tamaulipas.
Las nuevas fosas se encuentran cerca del lugar en el que hace siete meses aparecieron 72 inmigrantes centroamericanos asesinados por la banda de narcotraficantes Los Zetas.
Por su parte, el Gobierno mexicano emitió este jueves un comunicado donde calificó la matanza como «hechos reprobables que destacan la cobardía y la carencia total de escrúpulos de las organizaciones criminales que causan la violencia en nuestro país».
Mientras, la sede forense de la Procuraduría de Justicia estatal sólo tiene dos peritos para identificar los restos, por lo que el proceso se tardará varios días, ante el desespero de cientos de familiares que se han acercado con la esperanza de poder reconocer a sus allegados.
Los cárteles del narcotráfico han logrado un dominio significativo en México, unido a otras series de delitos criminales como la extorsión a empresas y el secuestro.
Desde que asumió el poder el 1 de diciembre de 2006, Calderón ha convertido el combate frontal contra los carteles de la droga en una de sus «prioridades» políticas y para emprenderlo ha desplegado al Ejército en los estados más conflictivos del país, sin obtener resultados satisfactorios.
En los últimos cuatro años, según cifras de la Procuraduría General de México, al menos 30 mil 196 personas perdieron la vida por causa de la violencia ligada al crimen organizado; de esas más de 12 mil tan sólo en 2010.