El presidente filipino, Rodrigo Duterte, da un ultimátum a Estados Unidos para retirar sus tropas del país asiático.
«Quiero, quizás en los dos próximos años, que mi país se libere de la presencia de militares extranjeros», ha declarado hoy miércoles Duterte en alusión a las fuerzas estadounidenses en un foro económico celebrado en la capital japonesa.
El presidente filipino ha insistido en que quiere ver a las fuerzas extranjeras fuera del territorio filipino y ha asegurado que para lograr su objetivo anulará, si es necesario, los acuerdos con el país norteamericano.
EEUU y el anterior Gobierno filipino firmaron en 2014 un Acuerdo de Cooperación para Mejorar la Defensa (EDCA, por sus siglas en inglés), pacto que permite al país norteamericano utilizar las bases filipinas y aumentar su presencia en la región del sudeste asiático.
Duterte arribó el martes a Japón para una visita de tres días que tiene por objetivo fortalecer los intercambios comerciales entre ambos países: “Se trata de preservar y reforzar nuestros importantes vínculos económicos con Japón, primer socio comercial de Filipinas”.
Duterte había lanzado ayer martes otra andanada de ataques contra Washington, diciendo que odiaba tener tropas extranjeras en Filipinas y advirtiendo a Estados Unidos de que no intente tratar a su país “como un perro con una correa”, según recogió el canal ruso de noticias Russia Today.
Filipinas y EEUU viven una guerra de palabras desde la llegada al poder del presidente filipino en junio pasado. Duterte denuncia la hipocresía de Washington y recrimina las masacres perpetradas a principios del siglo XX en el sur de Filipinas, cuando el país era una colonia estadounidense. El caso más sonoro se produjo cuando, el pasado mes de septiembre, insultó a su homólogo estadounidense, Barack Obama, por sus críticas a la polémica campaña antidrogas del Gobierno de Manila.
Por lo tanto, el jefe de Estado filipino busca sustituir a EEUU por Rusia y China en la compra de armas y ha retado a la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA, por sus siglas en inglés) a intentar derrocarlo.