«Para que sea juzgado»|Evo Morales solicitó a Brasil que entregue al senador boliviano acusado por corrupción

El presidente boliviano, Evo Morales, pidió este miércoles al gobierno de Brasil la devolución «para que sea juzgado» del senador boliviano Roger Pinto, que el sábado pasado fue llevado al vecino país irregularmente por un diplomático brasileño.

«Lo que toca a Brasil es devolver a Pinto y que se someta a la justicia boliviana, sería la mejor forma de contribuir a la lucha contra la corrupción”, afirmó Morales en una conferencia de prensa en la que reiteró la molestia que provocó a su gobierno la forma en que el legislador fue sacado del país el fin de semana, con colaboración de la embajada de Brasil en La Paz.

El mandatario enfatizó que el opositor Pinto «no es un perseguido político, es un delincuente que está en manos de la justicia boliviana», y recordó que sobre él pesan cuatro órdenes de arraigo y una sentencia por corrupción, reportó el diario paceño La Razón.

Agregó que «desde el momento en que abandona la embajada ya perdió todo el derecho de asilo» y denunció que hay políticos brasileños que quieren afectar las relaciones bilaterales.

«No es posible que haya grupos o autoridades protectoras de corruptos; algunos políticos de Brasil protegen a corruptos bolivianos», denunció el presidente y subrayó que si tuviera en sus manos un caso como éste, pondría en la frontera a un acusado de corrupción como Pinto.

«Eso correspondería» porque «en el tema de la lucha contra la corrupción hay que tomar decisiones políticas», agregó, citado por la agencia EFE.

Por su parte, la presidenta de Brasil señaló, al poner en funciones al nuevo canciller, Luiz Alberto Figueiredo, que la relación con los países vecinos es la máxima prioridad de la política exterior brasileña, consignó la agencia DPA.

«La base de nuestra política externa es la relación armónica y respetuosa con nuestros hermanos latinoamericanos, a ellos siempre debemos dar lo mejor de nosotros; la principal prioridad es la integración regional, sobre todo con los vecinos de Sudamérica», expresó la mandataria.

Pinto salió de Bolivia con la colaboración del encargado de negocios a cargo de la embajada de Brasil en La Paz, Eduardo Saboia, y del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño, Ricardo Ferraço, con el argumento de que su vida se encontraba en riesgo.

Además de la remoción del canciller Antonio Patriota y de la investigación abierta por la cancillería contra Saboia, el incidente también produjo que Rousseff retirara su recomendación para que el exembajador en Bolivia Marcel Biato asumiera la representación diplomática de Suecia.

Según los analistas, la inusual decisión de volver atrás en esa designación es una señal de que Rousseff sospecha que Biato estuvo involucrado en la operación de la fuga de Pinto.

En su discurso de despedida, Patriota, que asumirá la embajada de Brasil en las Naciones Unidas, aseveró que el apoyo a la fuga de Pinto de Bolivia fue un incidente aislado y que reflejó la «actuación independiente de un servidor (Saboia)».

El flamante canciller Figueiredo «debutará» en el escenario internacional este viernes, cuando acompañará a Rousseff a la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Paramaribo, durante la cual la mandataria brasileña podría reunirse con su par boliviano, en el primer contacto directo tras el incidente.

Figueiredo, al hablar en el acto de asunción de su cargo, se manifestó honrado de poder cumplir las «directrices del gobierno de la presidenta Rousseff que han privilegiado el crecimiento económico con inclusión social y protección ambiental» y puso de relieve que «crecer, incluir y proteger son objetivos» fundamentales.

Dos diplomáticos que debían integrar la comisión investigadora de la fuga del senador boliviano rechazaron asumir esa tarea, lo que, según la agencia ANSA, «avivó una crisis latente en el Ministerio de Relaciones Exteriores».

También el diario Correio Braziliense señaló que «hay problemas de fondo» en la cancillería que asumió Figueiredo.

«Es un cambio de conducción de Itamaraty, en el marco de un proceso de deterioro de la política externa brasileña en los últimos años», opinó el matutino de la capital de Brasil.

T/Télam
F/Télam