Este viernes, Fidel Castro dialogó durante poco más de hora y media con los embajadores cubanos reunidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, sobre los graves peligros que se ciernen sobre la humanidad si se desata una agresión contra Irán o Corea de Norte.
En el marco de este encuentro, Castro les entregó una carta personalmente dirigida a cada uno de ellos, a su ministro Bruno Rodríguez Parrilla y a su Consejo de Dirección.
Respondiendo preguntas o comentarios de los diplomáticos nacionales, el líder de la Revolución cubana repasó cables de prensa y análisis políticos de las más diversas fuentes para concluir que las presiones que enfrenta Irán en este momento son “una copia al carbón de lo que le hicieron a Mohamed Mossadegh”, Primer Ministro de esa nación, quien fue derrocado por un golpe de estado alentado por Estados Unidos y otras potencias occidentales cuando emprendió una política de nacionalización de sus recursos en la década del 50 del pasado siglo.
En su reunión con los embajadores, comentó algunas de las preguntas que dejó planteadas a los economistas del CIEM durante su reciente visita a ese centro, entre ellas, una que nadie se habría planteado hace 20 ó 15 años: «¿Puede mantenerse el imperio si desaparece el mercado y tendría algún valor el dólar si no existiera el mercado mundial?».
Reiteró Castro la existencia de más de 20 000 armas estratégicas y no estratégicas en poder de las grandes potencias y se preguntó cuál es la diferencia con las llamadas armas convencionales de hoy que Estados Unidos pretende promover como alternativa, si el desarrollo tecnológico armamentista de los últimos años le otorga a todas similar poder destructivo.
Advirtió que ya es ridículo pensar en el maletín nuclear con un botón, que fue el pánico de los comienzos de la Guerra Fría. “Todas las respuestas ya están programadas. Es solo cuestión de segundos”, afirmó. También reveló que aunque varias fuentes excluyen el dato, se sabe que Israel es la sexta potencia nuclear del planeta.
Trabajadores del MINREX y vecinos del Vedado que se concentraron espontáneamente al conocer de su presencia allí, despidieron emocionados a Fidel con una prolongada ovación. Desde la multitud congregada en la acera, una joven levantaba su diploma de graduada universitaria dedicándoselo con gratitud.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=5SDYR75cuhA&feature=player_embedded[/youtube]