El jefe del Ejecutivo británico, David Cameron, y el viceprimer ministro del país, Ncholas Clegg, acordarán durante este fin de semana las medidas correspondientes para enfrentar posibles amenazas terroristas, informó hoy un portavoz gubernamental.
Los dirigentes de la coalición rectora de Reino Unido dialogarán sobre la reciente decisión de elevar el estado de vigilancia nacional ante el riesgo de un ataque.
Con la instauración del cuarto grado de alerta en una escala de cinco, Londres asumió como altamente probable una acometida contra la nación, aunque descartó agresiones inminentes.
Según Theresa May, ministra de Interior, la disposición de seguridad está directamente relacionada con la implicación de ciudadanos británicos en combates en Siria e Iraq, del bando de grupos extremistas islámicos.
El Gobierno expondrá el próximo lunes ante la Cámara de los Comunes del Parlamento sus propuestas para reducir la amenaza que supone el regreso al país de individuos considerados peligrosos, anunció el vocero.
Recientemente, varios dirigentes de Reino Unido sugirieron tomar medidas preventivas severas contra los nacionales vinculados a organizaciones islamistas en Iraq y Siria.
De acuerdo con cifras proporcionadas por la Policía Metropolitana londinense, alrededor de 600 ciudadanos británicos viajaron a esas naciones para combatir junto a los extremistas.
Los funcionarios insistieron, además, en el incremento de las acciones contra el Estado Islámico (EI), movimiento radical que opera en territorios sirios e iraquíes.
En su momento, Londres abogó por el financiamiento y entrega de pertrechos a grupos armados opuestos al Gobierno de Damasco, incluido el EI.