La República Helénica no aceptará que la Unión Europea (UE) controle su política presupuestaria, según declaró una fuente del Gobierno de Atenas citada por la agencia rusa RIA Novosti.
“Nunca lo admitiremos. Ni pensamos analizar tal plan”, dijo el representante del Gobierno a la Agencia de Noticias de Atenas.
Anteriormente, un portavoz de la Unión Europea informó a Reuters que Alemania propuso exigir que Grecia traspase a la UE parte de sus facultades relacionadas con la formación del presupuesto nacional.
El rotativo The Financial Times a su vez escribió que la Unión Europea puede designar a un funcionario especial que controle los gastos de la mayor importancia del presupuesto griego.
Desde mayo de 2010, Grecia recibe créditos de la UE y el FMI a cambio de realizar reformar y reducir el déficit presupuestario. Pero no logró cumplir los programas de saneamiento de su fisco. En cuanto a las reformas, elaboró proyectos de leyes, pero no pudo realizarlos. Por ejemplo, no cumplió la exigencia de los acreedores de despedir a miles de funcionarios públicos, liberalizar la legislación laboral y privatizar compañías públicas.
Según el plan alemán, Atenas podría empezar a gastar dinero en el funcionamiento normal del Estado sólo después de pagar la deuda. Eso ayudaría a convencer a los mercados de que en Grecia no declararía impago técnico, pero haría mucho daño a su soberanía nacional.
La política de recortes agravó la recesión en Grecia y provocó una brusca caída en el nivel de vida de sus ciudadanos. A lo largo de los últimos año y medio, los griegos organizaban multitudinarias protestas y huelgas, acompañadas a menudo a desórdenes masivos.
Actualmente, Atenas intenta evitar la declaración del impago técnico de su deuda de 360.000 millones de euros. Negocia con los acreedores privados la condonación de una parte de ese dinero. Al mismo tiempo sostiene negociaciones con la UE y el FMI sobre la concesión de otro crédito de 130.000 millones de euros. Los dos asuntos deben realizarse hasta el 20 de marzo próximo, fecha tope del vencimiento de unos bonos por 14.500 millones de euros, que debe pagar Grecia.