La Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica (HRSA) continuó este lunes sus audiencias públicas sobre la incidencia del racismo en universidades y otras instituciones privadas de la nación austral.
Según un comunicado de la organización, la HRSA recibió desde 2013 hasta la fecha cientos de denuncias sobre hostilidad racial y quejas de discriminación sexual en varios centros de altos estudios, y los expertos temen que muchos otros casos no fueron reportados.
La Comisión comenzó las audiencias, los seminarios y los talleres de análisis en agosto pasado con el propósito fundamental de investigar la transformación social en las universidades sudafricanas con énfasis en las relaciones interétnicas.
El Centro Wits de Estudios sobre la Diversidad Cultural expresó la víspera su preocupación por el creciente número de incidentes raciales en este país durante los pasados cuatro meses.
La organización no gubernamental con sede en Johannesburgo señaló que estos lamentables sucesos ponen de manifiesto que en el ámbito social la transformación postracial no ha sido un proceso lineal.
El foro criticó el incidente de agosto relacionado con dos estudiantes blancos de la Universidad de Pretoria que, a modo de burla contra la comunidad negra, se vistieron como trabajadores domésticos con el rostro embadurnado de pintura oscura.
Otro hecho con matices racistas ocurrió el jueves pasado, cuando dos paramédicos de raza blanca de la compañía de socorro urgente Netcare 911 no prestaron ayuda a un hombre negro con heridas graves y, en su lugar, asistieron al atacante caucásico en una carretera de Gauteng.
A inicios de este mes también fue noticia el caso de un dentista blanco de Cape Town que azotó con un látigo a su jardinero negro. Este hecho está bajo investigación judicial en Western Cape.
Millones de ciudadanos sudafricanos están conmocionados por estos tipos de actos de desconsideración y hostilidad, no podemos darnos el lujo de menospreciar el significado de estos sucesos, subrayó un mensaje del Centro de Estudios.
Necesitamos desarrollar una estrategia para erradicar totalmente tales pésimas conductas en pos de establecer una sociedad en la que todas las personas se sientan valoradas, respetadas, y seguras, acentuó el documento.