Este miércoles, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva denunció que la apertura de juicio en contra de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, representa un intento de golpe explícito.
La semana pasada, fue anunciada la activación de este proceso judicial por el presidente de la Cámara de Diputados del país, Eduardo Cunha, quien afronta acusaciones por el escándalo de corrupción descubierto en la empresa Petrobras y una investigación por cuentas bancarias en el exterior que el parlamentario brasileño no declaró.
Durante su intervención en la Conferencia Internacional del Partido Social Demócrata Alemán (SPD) celebrada en Berlín, Lula señaló que la decisión anunciada por Cunha responde a sus intereses particulares y, además, calificó de inconstitucional esta elección que fue realizada por listas y mediante el voto secreto de los miembros de la Comisión especial que evaluará la solicitud de juicio contra la Mandataria, refiere el sitio web de la agencia Prensa Latina.
«Tenemos una crisis política, una crisis económica y ahora una crisis con denuncias de corrupción que colman los noticias de la prensa en el país», expresó el exmandatario, al tiempo que recalcó que lo que está en juego no es sólo el mandato de la jefa de Estado, sino también el sistema democrático brasileño.
Ante la actuación del congreso brasileño, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil suspendió hasta la próxima semana el proceso de juicio político, decisión que impide a la Cámara de Diputados instalar una comisión especial que evalúe la validez de la petición de enjuiciar a la Presidenta brasileña por el supuesto delito de responsabilidad fiscal.
Asimismo, se realizó solicitud a las autoridades parlamentarias para presentar, en un lapso de 24 horas, un informe detallado sobre la elección de la mencionada comisión especial.