El presidente de Argentina, Mauricio Macri, despertó más reacciones negativas en la nación tras la reciente designación, a través de un decreto, de dos nuevos magistrados que se sumarán a la Corte Suprema de Justicia de ese país.
La decisión ha generado polémica, pues, el nombramiento estaría violando un acuerdo del Senado, que establece la previa autorización de esta instancia, para que cualquier juez de la nación asuma dichos cargos.
Se trata de Horacio Rosatti, un exministro de Justicia del expresidente Néstor Kirchner (2003/2007), y Carlos Rosenkraftz, quienes dentro del marco legal, deben esperar a ser ratificados por el Senado para asumir sus puestos durante un año.
“Resulta imperioso proceder a la cobertura inmediata de las vacantes señaladas, a fin de garantizar el más adecuado funcionamiento de la máxima instancia judicial del país”, justifica el decreto emitido por Macri este lunes.
Algunos constitucionalistas argentinos calificaron la medida como un disparate, ya que no resiste el menor análisis jurídico y político. Sin embargo, el texto aprobado por el nuevo mandatario de la nación suramericana defiende la supuesta legitimidad de la decisión.
“El sistema está expresamente previsto en el artículo 99, inciso 19, de la Carta Magna, que permite al presidente cubrir vacantes cuando el Senado está en receso, periodo que concluirá el 1 de marzo próximo”, expresa el decreto.
Desde que Bartolomé Mitre nombró a los cinco primeros jueces de la Corte argentina en 1862, ningún presidente de la nación había impuesto el mismo mecanismo para designar a jueces del máximo tribunal.
En el Boletín Oficial también aparece la designación del nuevo representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura. Se trata de Juan Bautista Mahiques, y otrora conocido de Macri desde su época de estudiante.