El descenso de los pedidos a la industria creó este miércoles serias dudas sobre la eficacia de la recuperación económica británica, tal y como lo identificó una investigación de la Confederación Británica de Industrias (CBI).
El sondeo argumentó que de acuerdo con datos de octubre los pedidos manufactureros cayeron inesperadamente en este país para caracterizar las tendencias estimadas por CBI.
Datos previos estimaban que el Reino Unido salió de la recesión en el trimestre de julio a septiembre, aunque los detalles del Producto Interno Bruto (PIB) saldrán a la luz el jueves próximo.
Para ese momento, los analistas esperan la muestra de un sólido crecimiento, pero algunas voces se muestran cautelosas con esos augurios.
Por su parte, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, advirtió oportunamente que una desaceleración de los mercados emergentes constituía nueva amenaza para la economía de su país, aunque señaló que su entidad financiera estaba lista para inyectar un mayor impulso monetario.
Esa previsión, aclaró, está dispuesta en caso de que las señales de la economía positiva se depriman.
El estudio de la CBI reflejó que el balance de los pedidos totales disminuyó a menos 23 este mes y menos ocho en septiembre pasado, muy por debajo de incluso pronósticos pesimistas.
Como menor nivel de estos indicadores se cuenta desde diciembre del año anterior, agregaron.
En ese sentido el economista de BNP Paribas David Tinsley mostró su desesperanza al explicar que desaparecieron las posibilidades de que el sector fabril británico esquivara la bala de la debilidad del sector manufacturero de la Eurozona.
Ese sondeo trimestral del CBI sobre la confianza de las fábricas recibió golpes en el trimestre que cierra en este mes, debido a la muestra del peor desempeño fabril en tres años.
La jefa de análisis económico de esa entidad indagadora, Anna Leach, reseñó que tanto la demanda doméstica como la externa se desplomaron inesperadamente durante el trimestre.