El espontáneo movimiento social que desde hace una semana protesta contra la clase política de España, decidió extender hasta el próximo domingo la acampada en la emblemática Puerta del Sol de Madrid.
En una asamblea general, los representantes del llamado movimiento del 15-M, en alusión a la multitudinaria manifestación protagonizada el pasado 15 de mayo, acordaron mantener su campamento en pleno corazón de la capital española.
Los concentrados sugirieron establecer turnos para no agotar las fuerzas si la movilización se prolonga demasiado y evitar así que la agrupación se diluya, señalaron los organizadores, en su mayoría jóvenes que exigen una democracia real.
Para darle permanencia en el tiempo convinieron, además, llevar sus reivindicaciones a barrios, municipios y redes sociales en Internet, justo donde germinó la también conocida como Spanish revolution o movimiento de los indignados.
A juicio de esta inédita plataforma popular, la democracia se ha degradado tanto que los partidos apenas se preocupan de seguir en el poder o de alternarse en el mismo, y ya únicamente responden a los intereses de las élites económicas con las que pactan.
En un manifiesto, los desencantados con el actual estado de cosas aclaran que no representan a partido político ni asociación alguna, y reclaman una sociedad nueva en la que se defienda la dignidad del ser humano frente a los intereses económicos.
Demandan también profundas reformas políticas, económicas y sociales en España, que con casi cinco millones de parados ostenta la tasa de desempleo más alta de la Unión Europea (UE), cifra que supera el 43 por ciento entre los jóvenes.
Denuncian que las instituciones que dicen representarlos se han convertido en meros agentes de administración y gestión al servicio de las fuerzas del poder financiero internacional.
La democracia actual, subrayan, emana de corruptos aparatos burocráticos que impiden la participación ciudadana.
Entre sus propuestas figura un cambio de la ley electoral, que favorece la alternancia en el poder de sólo dos partidos, el Socialista Obrero Español (PSOE), en el poder, y el centroderechista Popular (PP).
Como culpables de la situación actual señalan a quienes contribuyen al descrédito de la política y al rechazo y hastío de la sociedad: el FMI, la OTAN, la UE, las agencias de calificación y, ya en España, partidos como el PP y el PSOE.
Abogamos por un cambio en la conciencia social y queremos demostrar que la sociedad no se ha dormido, reza el manifiesto de los inconformes.
Queda por ver cuál será la repercusión que tendrá esta protesta en las elecciones municipales y autonómicas de este domingo, donde los socialistas, artífices de un severo plan de ajuste, podrían sufrir un varapalo de manos de los populares.