El parlamento búlgaro aprobó este jueves la renuncia del gobierno del primer ministro Planen Oresharski, como paso previo a las elecciones anticipadas, previstas para el 5 de octubre próximo.
La decisión contó con 180 votos a favor, ocho en contra e igual número de abstenciones entre los 196 diputados participantes en esa decisión, del total de 240 con que cuenta la Asamblea Nacional.
El ejecutivo del independiente Oresharski fue apoyado en sus 17 meses de trabajo por el Partido Socialista Búlgaro (PSB) y el de la minoría turca, al llegar al poder en otros comicios adelantados, tras la caída del equipo conservador de Boiko Borisov.
La dimisión del gabinete había sido pactada entre las principales fuerzas políticas del país, considerado el más pobre de la Unión Europea (UE), luego del fracaso del PSB en la contienda electoral de finales de mayo último para elegir a miembros de la Eurocámara.
En las elecciones europeas, el partido GERB, de Borisov, ganó la mayoría de los votos y ahora es visto como el posible vencedor de la contienda en las urnas de octubre venidero.
Oresharski recibió críticas de la población por favorecer a oligarcas y círculos empresariales, en lugar de cumplir sus promesas de mejorar sustancialmente la vida de los ciudadanos.
Precisamente, la caída del gobierno de Borisov en febrero de 2013 se produjo en medio de multitudinarias manifestaciones contra las políticas de austeridad, el alza de las tarifas de energía y otros servicios.
Medios de prensa recuerdan aquí que el pago por el consumo de gas y electricidad supera en varias veces el salario mínimo de los búlgaros, a su vez, uno de los más bajos de la UE.
Sin embargo, las segundas elecciones anticipadas en menos de dos años en esta nación balcánica podrían llevar nuevamente al poder a los conservadores.
El presidente búlgaro, Rosev Plevneliev, prevé disolver la Asamblea Nacional el 6 de agosto de este año, para luego designar un gobierno interino que organice los comicios.