Unos 200 policías serbios participaron este domingo en una operación para retirar de una plaza de la sureña provincia de Presevo un monumento erigido a miembros del exguerrillero Ejército de Liberación de esa región.
La acción policial, realizada con ayuda de una excavadora, apenas se extendió por 15 minutos y no tuvo reacción adversa alguna de las autoridades locales de la citada provincia, donde la mayoría de la población es de origen albanés.
El primer ministro y titular del Interior serbio, Ivica Dacic, confirmó que el retiro de una piedra de mármol con 27 nombres grabados de ex miembros de la agrupación insurgente ocurrió sin ningún incidente ni el uso de la fuerza de los agentes del orden público, quienes se trasladaron al lugar en carros blindados.
La colocación en noviembre pasado del monumento, dedicado a los separatistas caídos en un conflicto entre 2000 y 2001 con tropas de la entonces Federación Yugoslava, avivó temores de un reinicio de ese diferendo armado.
El jefe de la oficina para Kosovo del gobierno serbio, Alexander Vulin, advirtió recientemente a la comunidad internacional sobre la necesidad de prestar atención a la existencia de demasiadas amenazas de guerra en torno al asunto de la retirada del monumento.
Las autoridades serbias consideraban que la presencia de la pieza alegórica era una provocación y ponía en duda la autoridad del gobierno central.
De su lado, el primer ministro de la autoproclamada república de Kosovo, Hashim Thaci, recomendó en su momento no realizar una demolición.
«Será mejor apelar al diálogo», estimó el ex dirigente del insurgente Ejército de Liberación de Kosovo, grupo responsable de acciones violentas contra los serbios en la década de 1990.
El llamado Ejército Nacional Albanés advirtió que entraría en guerra con los serbios si las regiones de Presevo, Medvedia y Bejanovac no son consideradas por Belgrado como suelo albanés, mientras antiguos miembros de comandos especiales serbios llamaron a enfrentar a los albaneses en el sur serbio.
Durante el conflicto de 2000 a 2001 en el Valle de Presevo, al menos 18 militares, seis civiles y unos 40 insurgentes murieron, 37 civiles resultaron heridos y unos 400 renegados fueron hechos prisioneros.