El primer ministro británico, David Cameron, anunció este martes el fortalecimiento de las medidas contra la inmigración ilegal, tras críticas a las políticas gubernamentales sobre los arribos de extranjeros.
Entre las propuestas formuladas por el jefe del Ejecutivo en un artículo para el diario The Telegraph figura la reducción de las garantías de los inmigrantes en el Reino Unido.
Los llegados desde países miembros de la Unión Europea (UE) recibirán beneficios durante la búsqueda de empleo por un máximo de seis meses, a menos que tengan propuestas de trabajo muy claras.
También se pondrá freno a las ofertas de visas ofrecidas por los colegios del Reino Unido a falsos estudiantes, lo cual pudiera derivar en la suspensión de licencia a unos 750 centros educativos.
Las transformaciones están encaminadas a favorecer a los británicos, explicó Cameron, quien citó la acogida al sistema nacional de asistencia social entre las motivaciones principales de los extranjeros.
En el último año, Cameron incrementó sus declaraciones en contra de la inmigración, como parte de un esfuerzo para recuperar votos perdidos frente al euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido y aplacar a la derecha de los conservadores.
Según el diario The Guardian, el Gobierno puede hacer muy poco para detener las llegadas desde la UE debido a las leyes de libertad de movimiento dentro del bloque comunitario.
Algunas estimaciones apuntan que los cambios anunciados por Londres afectarán a menos de 10 mil personas.
La UE considera que las posiciones británicas en relación con la inmigración vulneran varios derechos de los ciudadanos europeos, expresados -según los códigos de la agrupación- en la existencia de un «espacio de libertad, seguridad y justicia exento de fronteras internas».
No obstante, Cameron refirió en una entrevista concedida a la cadena británica de radio y televisión BBC que las autoridades del Reino Unido encontrarán a los ilegales y los enviarán de vuelta a sus países de origen.