El presidente ruso, Vladimir Putin, exhortó este miércoles al Gobierno a estar listo ante cualquier giro de la coyuntura económica y responder con profesionalismo a los problemas que afecten a la economía nacional, en medio de turbulencias externas.
Putin indicó durante la primera reunión de trabajo con el gobierno en 2016 que el gabinete de ministros debía contar con escenarios de desarrollo de la economía nacional en cualquier variante del curso de la situación, lo cual no significa un cambio drástico en estos momentos, aclaró.
Dijo estar consciente de que el ejecutivo comenzó el trabajo de análisis de los cambios en los mercados financieros y petroleros, cuestiones que calificó de extrema importancia, para lo cual debemos estar preparados, insistió el gobernante.
La estructura de la economía rusa, basada en el predominio de las materias primas, condiciona una elevada dependencia del presupuesto federal de los precios de venta de los hidrocarburos, cuyos ingresos a la caja central representan casi la mitad del total de recursos.
En 2015, el déficit fiscal representó 2,6 por ciento del Producto Interno Bruto, resultado catalogado por Putin de buen indicador macroeconómico desde el punto de vista del equilibrio entre las finanzas y el Plan Fiscal.
Consideró el mandatario que el gobierno y las entidades pertinentes debían trabajar con profesionalidad para responder oportunamente y de manera calificada a los problemas que surjan en la economía nacional y la mundial en el presente año.
Vamos a confiar en que la situación cambiará para mejor, pero tenemos que estar preparados para cualquier escenario posible, remarcó otra vez el jefe de Estado ante la plana mayor del Gobierno.
En una reciente entrevista publicada por el periódico alemán Bild, Putin expresó confianza en que la economía de su país levantaría, pese al notorio desplome en 2015 de un 3,8 por ciento de contracción del crecimiento.
Al intervenir este miércoles en el Foro Económico de Gaidar, en Moscú, el primer ministro Dmitri Medvédev afirmó que los desafíos actuales ante la economía rusa son los más serios en una década.
Dijo reconocer una agudización de problemas económicos internos bajo un trasfondo negativo de la economía mundial, al tiempo que urgió «influir sobre el mercado».