El incremento de las expresiones internacionales de rechazo a la destitución del presidente paraguayo, Fernando Lugo, apuntan a un mayor aislamiento del gobierno que asumió el poder tras un juicio político fuertemente cuestionado.
Solamente en las últimas horas y como denuncia de lo ocurrido en Paraguay, tres gobiernos latinoamericanos retiraron sus embajadores de Asunción y se espera que esa cifra pueda aumentar.
Inicialmente lo hizo Argentina y fue seguida por Brasil y Uruguay, todos integrantes del Mercado Común del Sur (Mercosur), al cual también pertenece Paraguay.
Ese gesto tiene mayor significación por registrarse a pocos días de que sesione en la ciudad argentina de Mendoza la Cumbre del Mercosur, la cual analizará el planteamiento público hecho por la presidenta brasileña, Dilma Rouseff, de expulsar a Paraguay de la organización.
Como si ello fuera poco, una información divulgada en la prensa nacional muestra que sólo tres países reconocieron hasta ahora al Ejecutivo que preside Federico Franco como sustituto de Lugo.
Pero lo más alarmante para dicho gobierno es que otros 12 países se niegan a reconocerlo por considerar que se registró una roptura del orden constitucional y una violación del derecho a la defensa de Lugo durante el juicio político celebrado por el Congreso.
Además, Lima será escenario el 27 de junio de la Cumbre de Unasur, entidad en la que Paraguay ostenta la presidencia pro témpore y en cuyo seno es creciente el repudio a la destitución de Lugo.
Así las cosas, la semana que comienza será de importancia trascendental para un gobierno nacido de maniobras consideradas como irregulares y atentatorias contra la democracia.