La firma Air France anunció este lunes un programa de reestructuración destinado a bajar costos, el cual contempla racionalizar sus servicios y eliminar cinco mil 122 puestos de trabajo.
El proyecto prevé dividir en tres sectores independientes su actividad de transporte de pasajeros, que representa el 80 por ciento de sus ingresos.
Las unidades, cada una de las cuales funcionará por separado, serán las de larga distancia, mediano recorrido internacional y vuelos domésticos.
Según el plan denominado Transform 2015, el elemento clave para mantener las ganancias y reducir la abultada deuda de la empresa será la drástica reducción de plantillas en los dos próximos años.
Los despidos afectarán a unos dos mil 700 empleados de tierra, sobre todo de las instalaciones en los aeropuertos y el mantenimiento de los aviones, y el resto serán miembros de las tripulaciones y personal técnico de cabina.
El año pasado la empresa realizó también ajustes laborales bajo la modalidad de jubilaciones anticipadas o retiros voluntarios y congeló los salarios de la mayor parte de sus trabajadores.
Este programa de despidos se suma a otros previstos a corto y mediano plazo, entre ellos el que prepara el consorcio automovilístico PSA Peugeot Citröen, que dejará cesantes a ocho mil obreros en todo el país y cerrará la planta de Aulnay.
También se prevén cierres de empleos en la acería de Florange, propiedad de la corporación Arcelor Mittal, así como en el complejo químico farmacéutico Sanofi.
Este martes un tribunal de comercio debe decidir el futuro de la refinería de Petit-Couronne, la cual está bajo custodia judicial tras la declaración de insolvencia de su propietario, el grupo suizo Petroplus.
De no aceptarse la oferta de los potenciales inversionistas para reactivar la planta, los magistrados dictaminarán su liquidación y el desempleo de unos 550 trabajadores.