Desde un sospechoso ataque aéreo israelí en Sudán, a la guerra cibernética en el Golfo, un avión no tripulado de Hezbolá derribado en Israel y la llegada de dos buques iraníes en un puerto sudanés la semana pasada, la guerra en gran parte oculta entre Irán y sus enemigos parece estar calentándose y difundiéndose.
A pesar de meses de especulación, la mayoría de los gobiernos y expertos creen que el riesgo de un ataque directo israelí contra el programa nuclear de Teherán ha disminuido, al menos por ahora. Pero todas las partes, al parecer, están buscando otras formas para pelear.
Para Estados Unidos y las potencias europeas, el objetivo principal sigue siendo las sanciones a la exportación de petróleo que están causando cada vez más daños en la economía iraní.
Pero la administración Obama e Israel también han invertido recursos en operaciones encubiertas – una campaña que ahora parece haber provocado una reacción iraní cada vez más sofisticada.
“En muchos sentidos, es una reminiscencia de la Guerra Fría, en particular los conflictos de poder”, expresó Hayat Alvi, académico en políticas del Medio Oriente en el Colegio Naval de Guerra de Estados Unidos.
“A diferencia de la Guerra Fría, en la actualidad hay un número mucho mayor de técnicas de guerra asimétrica. La mayor parte de esto está sucediendo detrás de la escena, pero en el mundo moderno nos está resultando difícil mantenerlo en secreto por tanto tiempo”, dijo.
“El problema es que estas son formas secretas de guerra que son raramente discutidas públicamente”, expresó el mes pasado un ex oficial de la CIA y ahora miembro del Instituto Brookings. “Y sin embargo, las consecuencias podrían ser colosales”.