Un total de seis ciudadanos heridos y varias pérdidas materiales fue el saldo que dejó este sábado un ataque terrorista de Jaish al-Fatah (Ejército de la Conquista) contra los poblados de al-Foa y Kafraya, en la provincia de Idleb, Siria.
En el atentado se utilizaron proyectiles cargados de sustancias químicas, que desprendía olores extraños. No obstante, no se reportaron personas afectadas por asfixia, reseña Prensa Latina.
En los últimos cuatro meses, ambas localidades se encuentran sometidas al aislamiento por parte de estos grupos armados, exponiendo a más de 40.000 civiles a fuertes agresiones con proyectiles autopropulsados, dejando centenares de muertos y heridos.
Además de esta banda terrorista, el pasado 22 de agosto, Siria ha sido agredida por el Estado Islámico (EI) también con proyectiles cargados de sustancias químicas en diferentes zonas de la nación, entre ellos la ciudad de Marea, generando decenas de personas afectadas por asfixia, agrega la nota.
El Estado Islámico es una organización financiada por Estados Unidos para realizar embestidas terroristas en Siria, en busca de derrocar al presidente, Bashar Al Assad.
Estos ataques con sustancias químicas, se suman a los realizados en la ciudad de Hasaka, también Siria, por parte de este grupo terrorista. En este golpe contra la población, más de 60 milicianos sirio-kurdos fueron atacados con sustancias prohibidas, que les causaron lesiones en la garganta, indica Prensa Latina.
El conflicto armado en Siria, que comenzó en 2011 para derrocar al gobierno legítimo de Bashar Al-Assad, ha dejado a más de 250 mil víctimas mortales. Esta ofensiva es financiada por Estados Unidos y aliados occidentales.
El pasado 7 de agosto el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó por unanimidad la resolución 2235 que investigará a profundidad los posibles nuevos ataques químicos en el conflicto de la República Árabe de Siria.
En tanto que el pasado 6 de marzo, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución en la que se observa con preocupación el posible uso de armas químicas en el país, que desde 2011, sufre un conflicto marcado por la agresión de mercenarios y extremistas con apoyo foráneo militar y financiero, que busca derrocar al Gobierno legítimo.