Tres de las comisiones del Senado mexicano iniciaron este domingo la discusión del proyecto de reforma energética impulsada por el partido PRI y sus aliados con la finalidad de dar apertura al sector para la inversión privada local y extranjera extranjera.
Esta propuesta hecha durante el día sábado por el Partido Revolucionario Institucional, respaldado por el Partido Acción Nacional (PAN) y otra fracción parlamentaria estipula algunos cambios en el articulado de la Constitución mexicana para incluir licencias para exploración y explotación de hidrocarburos en bajo formatos de contratos de utilidad y producción compartida entre el Estado e inversores privados.
El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, considera que la reforma es fundamental para impulsar la economía de Mexico y dar un nuevo impulso a la política energética del país norteamericano. En ese sentido, tomó como ejemplo la empresa de propiedad estatal Pemex, cuya producción se reducido de forma constante desde alcanzar un récord en 2004; situación por la que sugiere una inyección urgente de importantes recursos. “No es opcional esta reforma constitucional, es imperativa», dijo el senador Raúl Gracia, del PAN, tolda política que respalda el proyecto de reforma.
Ante la ola de protestas ciudadanas y la oposición de una fracción parlamentaria para aprobar el proyecto, se ha asegurado que el petróleo seguirá como propiedad estatal, hecho alcanzado en 1938 y que ha permanecido bajo esa condición desde entonces. Por su parte, la parlamentaria Dolores Padierna, del Partido de la Revolución Democrática, desconfía de la propuesta y asegura que se trata de privatizar la industria para beneficiar a empresas extranjeras; la mayoría provenientes de Estados Unidos. «Ningún esquema de privatización es aceptable y rechazamos de forma tajante y definitiva esta mal llamada reforma energética” Indicó la legisladora.
Corrientes alternativas al gobierno de Enrique Peña Nieto consideran que no resulta necesario realizar modificaciones a la Carta Magna de México; además de asegurar que ningún esquema de privatización se ha traducido en beneficios para el Estado y la población; por lo que instan al Senado a desarrollar leyes secundarias que permitan fortalecer a la empresa estatal Pémex y estimular su capacidad de producción.
Este proyecto de reforma será discutido por el Parlamento, al menos, durante este domingo y lunes, para luego pasar a la plenaria del Senado en donde las dos bancadas que aprueban o rechazan la iniciativa pueden hacer ganar a su opción con el respaldo de parlamentarios pertenecientes a partidos políticos minoritarios.
El debate se desarrolla en la cámara alta, que se encuentra custodiada por fuerzas policiales ante la presencia de manifestantes que no están de acuerdo con la aplicación de la reforma impulsado por el partido del mandatario Enrique Peña Nieto.