La República Árabe Siria calificó este miércoles como falsa y perjudicial la acusación hecha por el gobierno estadounidense de que el gobierno de Damasco incumple lo pactado con la Liga Árabe (LA) sobre los observadores.
En una declaración ministerial, el vocero de la Cancillería siria, Jihad Maqdisi, se refirió a la imputación del martes de la portavoz del departamento de Estado Victoria Nuland de que Siria viola lo que aceptó en el protocolo de observación, y afirmó que eso daña a esa organización y su labor, que el propio Washington dice cuidar.
Consideró que tal incriminación constituye una flagrante interferencia en los trabajos de la Liga Árabe y una transgresión en la soberanía de sus estados miembros.
Calificó las declaraciones de Nuland de intento para deliberadamente internacionalizar sin justificación alguna la situación en el país y de una premeditada acción que daña la actuación de los monitores árabes antes de emitir su primer reporte.
«Siria no está interesada en presentar un informe sobre cumplimiento o incumplimiento del protocolo a Estados Unidos, que no es parte de la iniciativa en primer lugar, sino una fuente que inflama e instiga la violencia», enfatizó el portavoz sirio.
Ante la hostilidad extranjera que ahora se centra también en presionar a los observadores de la LA, Damasco reiteró su esperanza de que estos cumplan su labor de forma neutral y profesional al reflejar la realidad del país.
La víspera, Makdisi expresó que su gobierno espera que la misión sea neutral y profesional y aseguró que la parte siria está brindando las facilidades necesarias para que el grupo de inspectores realice el trabajo acorde con los estipulado en el protocolo firmado con la Liga Árabe.
Dos semanas después de iniciada su faena inspectora, la misión de unos 100 observadores sobre el terreno recibe fuertes presiones en forma de críticas e incluso ataques mediáticos, de los cuales es blanco su jefe el general sudanés Mohammed Ahmed Mustafa al-Dabi.
Tal ofensiva comenzó luego que los centros de poder en Occidente e de intereses en el mundo árabe percibieron que la misión observadora realizaba su trabajo y las primeras declaraciones de sus responsables no se corresponden con el guión anti-sirio trazado.
El propio oficial sudanés, a quien ahora acusan hasta de haber pertenecido a una ejército que cometió crímenes de lesa humanidad, manifestó luego de la primera semana de observación que la situación en Homs parecía tranquila, negó que hubiera francotiradores del gobierno disparando a la gente en Daraa y que los observadores gozaban de facilidades para su trabajo.
A partir de ahí comenzaron los ataques y el domingo el jefe del Parlamento Árabe llamó a retirar a los inspectores de Siria; Francia exigió que se aclare cuáles son los objetivos y el papel de los observadores, en tanto Estados Unidos acusó a Damasco de violar los compromisos contraídos con la misión observadora.
Washington incluso despachó a El Cairo a su secretario adjunto de Estado para Asuntos del Cercano Oriente, Jeffrey Feltman, para sostener consultas con la jefatura de la Liga Árabe sobre Siria, mientras la Casa Blanca insiste en acusar al gobierno de Damasco de violencia.
En tono amenazante, según recoge el canal catarí Al-Jazeera, el vocero Jay Carney dijo que Estados Unidos dejó bien claro que si la iniciativa árabe no se implementa según ellos esperan la comunidad internacional tendrá que considerar nuevas medidas para detener lo que insisten en llamar la violencia del régimen contra el pueblo.
El anuncio y las amenazantes declaraciones de Carney tuvieron lugar luego que la Liga Árabe dijo que prepara una reunión el próximo domingo para analizar el primer informe del jefe de la misión observadora, quien ahora está siendo blanco de fuertes ataques políticos y mediáticos.