Un tifón azotaba la región central de Filipinas la tarde del domingo, con fuertes vientos y precipitaciones que causaron cortes de energía, pero no hubo reportes inmediatos de víctimas fatales, informaron funcionarios y medios.
El tifón Nock-ten tenía vientos sostenidos máximos de 185 kilómetros por hora, con ráfagas de hasta 225 kph, cuando tocó tierra en la provincia de Catanduanes, en la península de Bicolandia.
La tormenta tocó tierra por segunda vez sobre la provincia de Camarines Sur y posteriormente se debilitó, con vientos de 175 kph pero ráfagas de 290 kph, indicó la oficina meteorológica del país.
«(Se registran) caídas de tensión ya en muchas áreas», escribió el gobernador de Camarines Sur, Miguel Luis Villafuerte, en su cuenta de Instagram. Las líneas de comunicación se han cortado en algunas zonas, según reportes de radio.
Cerca de 218.000 personas huyeron a los centros de evacuación luego que las autoridades advirtieron de marejadas ciclónicas y de inundaciones en los pueblos costeros y áreas bajas.
Nock-ten podría volver a tocar tierra temprano el lunes en su paso al oeste, trasladándose a 20 kph, y cruzar las provincias de Camarines Norte, Southern Quezon, Laguna, Batangas, y Cavite, indicaron analistas. El ojo del tifón se ubicará cerca de Metro Manila el lunes por la tarde.
Los viajes por tierra, mar y aire se suspendieron en algunas áreas, dejando varadas a miles de personas que viajaban a sus hogares por Navidad, en un país de mayoría cristiana.
En 2013, murieron más de 6.000 personas y cerca de 200.000 viviendas quedaron destruidas por el paso del tifón Haiyan, la tormenta más poderosa que haya tocado tierra en Filipinas.