Por Ángel Miguel Bastidas|Trán Quóc (Opinión)

En un lugar lleno de magia, frente a la pagoda más antigua de Hanoi (año 545), Trán Quóc, que traducido al castellano quiere decir “defensa nacional”, se oyeron voces y se escribieron mensajes, dirigidos al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que deje la manía de considerar a la República Bolivariana de Venezuela “una amenaza inusual” y “extraordinaria” contra la primera potencia militar del planeta.

Allí, en esa calle construida por militantes de la Unión de los Jóvenes Comunistas Ho Chi Minh, la Than Nien, que divide a los lagos Ho Tay y Truc Bach, donde está enclavada la pagoda Trán Quóc, estuvo una delegación parlamentaria venezolana, liderada por Darío Vivas, para activar la recolección de firmas en Hanoi bajo el lema Venezuela no es amenaza, somos esperanza.

Más simbólico no podía ser el lugar, donde los carteles #ObamaDerogaElDecretoYa, en manos de jóvenes vietnamitas, venezolanos residentes en Hanoi y los parlamentarios Darío Vivas, Gladys Requena y Christian Zerpa, se sumaban a la protesta universal contra la torpe injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de la Patria de Bolívar y Chávez.

La cita era a las 11,30 de la noche, para coincidir con el “Tuitazo mundial”, sin embargo a la calle de la juventud, frente a la pagoda Defensa Nacional, se fueron acercando jóvenes vietnamitas y algunos turistas, atraídos por la inusual y extraordinaria convocatoria, de protesta contra las agresiones del imperialismo estadounidense contra Venezuela y América Latina.

Los diputados venezolanos, llegados a Hanoi para asistir a la 132° Asamblea de la Unión Interparlamentaria, regresaron a Caracas cargados de firmas de apoyo a la Venezuela que desde hace más de medio siglo ha mostrado su mano solidaria a los Hijos de Ho Chi Minh.

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Hanoi/Vietnam