Columna Xin Chao|Un violín por la paz (Opinión)

Desde que los cañones dejaron de tronar al sur de Vietnam (1975), el exsoldado Ray Mike Boehm va todos los años a la provincia de Quang Ngai con su viejo violín a rendirle homenaje a los 504 campesinas y campesinos, niños y ancianos, masacrados por la tropas estadounidenses en el campo de Son My, zona central de Vietnam.

Después de conocer los horrores de la guerra durante la Ofensiva del Tet (1968), Boehm decidió cambiar el fusil por el viejo violín, y con él combatir en el ejército de la paz.

El pueblo vietnamita le había gritado al mundo, con la Ofensiva del Tet, que definitivamente la derrota del yanqui invasor estaba cerca y mostró a la vez, las atrocidades cometidas por las tropas de Estados Unidos, como la masacre de Son My.

El mensaje del viejo violín es más que el simple arrepentimiento de un humilde soldado; es el llamado de Boehm por la paz; esa tres letras que aborrecen los gobiernos estadounidenses en su afán de apoderarse de las riquezas naturales del planeta por cualquier vía.

El viejo soldado, violín al ristre, simboliza la otra cara de la sociedad estadounidense, la del pueblo que se resiste a seguir invadiendo países en nombre de la democracia, de quienes no quieren ver más a un presidente estadounidense prepotente (Barack Hussein Obama), en un cita internacional como la VII Cumbre de las Américas, cual Ofensiva del Tet, que mostró el creciente aislamiento internacional de un imperio en decadencia.

Los exsoldados Ray Mike Boehm y James Rhode, autor de Diario de un exenemigo, comprendieron, como miles de estadounidenses, que Vietnam no podía ser una amenaza para EEUU, a más de 17 mil kilómetros de sus costas, como hoy América Latina dijo en Panamá: ¡Venezuela no es una amenaza, somos esperanza!

T/ Ángel Miguel Bastidas
caracas.xinchao@hotmail.com