Eduardo Galeano diseccionó el continente y su devenir|Ya se empezaron a saturar las venas de América Latina

Se murió Eduardo Galeano, uno de los referentes intelectuales más importante de América Latina. Hasta aquí la noticia. Así, escueta, seca, dura, breve. ¿Qué más decir?

Y ahora, el dolor. Aquí sí hay algo que decir del sentir.

¿ANACRÓNICO?

Estás y no estás, vos, desfachatado, que iniciaste la circulación sanguínea de todo un continente, estás y no estás. Que no nos vengan con cuentos, que ya pasamos por ellos, que ya fuimos ellos. Somos realidad, viejo, estamos y no estamos, estás y no estás.

Por ahí se pudo leer, hace ya algunos años, en boca y palabra de un intelectual del patio, que no se entendía tanta algarabía montada en este siglo XXI por un texto que lo calificaba como “anacrónico”. Ahora, en estos días, una vez consumado el adiós, alguien se despidió, con la debida carga de maldad, expresando que “se cerró la página de uno de los libros mas tóxicos para leer historia de América Latina”. Y así, uno que otro.

Tendrían que preguntarse esas personas, diría uno y cualquiera con apenas milímetros de frente (para algunos avatares de esta vida no hace faltan más), por qué, por ejemplo, para el año 2007 ya iba ese libro, satanizado por los verdaderamente anacrónicos, por la septuagésima octava edición; es decir, miles y miles de ejemplares vendidos y miles y miles de ejemplares leídos, y miles y miles de ejemplares asumidos como una necesidad para saber qué pasó, y para intentar comprender qué pasa.

CONVERSAR CON LA GENTE

Estás y no estás, vos, nuestro querido atorrante, que te pusiste a decir lo que nos negábamos a oír, vos, que alborotaste el gallinero para hablarnos de frente, mientras la mayoría nos escribe de espaldas, estás y no estás, viejo, dejáte de joder, y estás, ¿estamos?

“Este libro había sido escrito para conversar con la gente. Un autor no especializado se dirigía a una público no especializado, con la intención de divulgar ciertos hechos que la historia oficial, historia contada por los vencedores, esconde o miente”, escribió siete años más tarde después de publicarse su primera edición, en 1971.

“La respuesta más estimulante no vino de las páginas literarias de los diarios, sino de algunos episodios reales ocurridos en la calle. Por ejemplo, la muchacha que iba leyendo este libro para su compañera de asiento y terminó parándose y leyéndolo en voz alta para todos los pasajeros mientras el ómnibus atravesaba las calles de Bogotá; o la mujer que huyó de Santiago de Chile, en los días de la matanza, con este libro envuelto entre los pañales del bebé; o el estudiante que durante una semana recorrió las librerías de la calle Corrientes, en Buenos Aires, y lo fue leyendo de a pedacitos, de librería en librería, porque no tenía dinero para comprarlo”.

“De la misma manera, los comentarios más favorables que este libro recibió no provienen de ningún crítico de prestigio sino de las dictaduras militares que lo elogiaron prohibiéndolo. Por ejemplo, “Las venas” no puede circular en mi país, Uruguay, ni en Chile, y en la Argentina las autoridades lo denunciaron, en la televisión y los diarios, como un instrumento de corrupción de la juventud”.

Esto lo escribió, que no se olvide, siete años más tarde de su publicación, en la década de los años setenta. Y hoy, un poco antes de su muerte y con ella, no faltan los intelectuales (o los que intentan serlo), muy progresistas ellos, que califiquen a su obra máxima como anacrónica o tóxica. Definitivamente, hay batallas que se ganan, pero la guerra es larga.

VAYA REGALO

¿Y cómo dejar pasar por alto, aunque sea en la mención, que un presidente latinoamericano, decidido a cambiar el curso de la historia, -al menos tal como muchos la tenían escrita respondiendo a sus propios intereses-, se acercó en una de esas reuniones donde se reúnen los mandatarios de diferentes países y le entregó al que representa el mayor de los imperios, un ejemplar de “Las venas de América Latina”?

¿Lo habrá leído? A juzgar por tanta incomprensión y sensatez se diría que no…

Vos estás, querido Eduardo, vos estás…

SU VISIÓN PLANETARIA

Su partida alborotó tanto como lo hicieron sus textos. Los grandes y convencionales medios de comunicación de éstas y otras tierras, apuntaron con triste justicia que ya por estos lares no se contaría con su mirada que conjugaba la denuncia y la sensibilidad, la realidad y la utopía, ese arqueo tan directo de las verdades que no tenemos y las mentiras que nos sobran.

Pero al igual que con la partida de otros grandes autores, o en el recuerdo de su partida, llámese Gabriel García Márquez, como sucedió hace un año, o llámese Julio Cortázar, hace ya treinta años, las redes sociales fueron invadidas por palabras de despedida y las propias palabras del escritor que siempre fueron de bienvenida.

Sin que haya necesidad de ponerse de acuerdo, todos lo hicieron, y dejaron constancia de muchas de sus frases reflexivas e iluminadoras, de sus malestares ante tanta injusticia, de sus miradas amorosas, de sus declaraciones a los periodistas de turno, de sus intervenciones públicas, de sus llamados de atención a la humanidad, de sus narraciones, de sus artículos publicados en la prensa.

Entre el oleaje de tanto naufragio de escritura, para salvarnos mientras nos hundimos, al paso que vamos, en este planeta, destacamos en este trabajo, con la petulancia propia de quien escoge una flor y no otra en un vivero, el texto “El mundo”, de su libro “El libro de los abrazos” y que tuvo a bien reproducir la admirada y querida escritora venezolana, Laura Antillano.

EL MUNDO

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. -El mundo es eso- reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.

T/ Rubén Wisotzki
I/ Loayza

GALEANO ..VIVES POR Q LUCHASTE POR LA HUMANIDAD.Y SIEMPRE VIVIRAS……..Un ser humano ,que supo su mision en este mundo,ayudar a sacarle la venda de la ignorancia,a la humanidad ,empezando por los latinoamericanos…IGNORANCIA SEMBRADA Y ALIMENTADA POR LOS PREJUICIOS BURGESES……PERU DESPIERTA ,TRANQUILO YA NO ESTAS SOLO,! LATINOAMERCA ESTA UNIDA……
I

  • EXCELENTE COMENTARIO CAMARADAS, QUE DECIR DEL MAS GRANDE INTELECTUAL REVOLUCIONARIO Y ESCRITOR QUE DE ESTILO CLARO Y FRANCO, ESCRIBIO DE TODO Y PARA TODOS. LATINOAMERICA TE AGRADECE TANTA VERDAD QUE EXPRESASTE EN LAS VENAS DE AMERICA LATINA Y CONOCIDAS LAS RESULTAS LOS PROXIMOS MOVIMIENTOS REVOLUCIONARIOS Y LOS ACTUALES HARAN SUYAS TUS ENSEÑANZAS. HASTA LA VICTORIA SIEMPRE CAMARADA.!!