El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, atribuyó este lunes al pueblo vasco el mérito de que la organización separatista Euskadi Ta Askatasuna (ETA) declarara, el pasado 20 de octubre, el cese definitivo de su actividad armada.
«Si tuviera que dejar una idea más allá de los sentimientos diría que esto es mérito de la sociedad vasca», subrayó Rodríguez Zapatero, en alusión a la decisión de ETA de abandonar de manera categórica sus acciones de medio siglo por la independencia del País Vasco.
El jefe del Ejecutivo se pronunció en esos términos tras reunirse en la ciudad de Vitoria con el lehendakari (presidente del Gobierno vasco), Patxi López.
La reunión entre ambos dirigentes del Partido Socialista Obrero Español fue calificada de histórica, pues es la segunda ocasión en 31 años que un presidente del Gobierno español visita el palacio de Ajuria Enea, residencia oficial del lehendakari.
El primero en hacerlo fue Adolfo Suárez (1976-1981), cuando en 1980 se entrevistó en la sede del Ejecutivo vasco con Carlos Garaikoetxea.
En una comparecencia conjunta, Rodríguez Zapatero respaldó el plan de López para gestionar el nuevo tiempo de paz que se abre en Euskadi, luego del adiós a las armas decretado por ETA.
Dicho plan, presentado por el mandatario regional ante el parlamento autonómico, propone un decálogo de medidas, entre ellas el acercamiento de presos de Euskadi Ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad, en euskera) a cárceles vascas.
A su turno, López agradeció la apuesta decidida del gobernante por el fin de la violencia, su esfuerzo permanente por la paz y la libertad y su contribución arriesgada para acabar con la organización separatista.
Debilitada por los duros golpes policiales, ETA, a la que se responsabiliza de la muerte de más de 800 personas en su medio siglo de acciones armadas, lleva desde agosto de 2009 sin cometer atentados en territorio español.
En enero de 2011 anunció un alto el fuego permanente, general y verificable por la comunidad internacional, aunque sin mencionar, como tampoco lo hizo el 20 de octubre, una posible entrega de armas o su disolución, gesto que toda la sociedad ansía.