Emilio Massera, ex dictador argentino, falleció este lunes en el Hospital Naval de la ciudad de Buenos Aires víctima de un accidente cerebro vascular. Según el informe médico, el deceso ocurrió a la 16H00 locales (19H00 GMT).
Massera, como jefe de la Armada fue integrante de la junta militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional -junto con Jorge Rafael Videla y Orlando Ramón Agosti- que gobernó represivamente a Argentina entre 1976 y 1981, luego de dar un golpe de Estado a la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón. Durante esos años se hizo un gran daño a la defensa y justicia nacionales, además de perseguir duramente a los opositores, especialmente a las Madres de Plaza de Mayo.
Por los crímenes de tortura, asesinato y secuestro cometidos entre 1976 y 1978, Emilio Eduardo Massera había recibido sentencia de cadena perpetua en 1985, decisión que fue anulada por el ex presidente argentino Carlos Menem (1989-1999) quien le otorgó un indulto en 1990 mediante el decreto 2741/90.
Posteriormente, al ex militar se le abrió un juicio por la desaparición y asesinato del empresario italiano Giovanni Pegoraro, su hija Susanna, -quien se encontraba embarazada al momento de su rapto-, y de la italiana Angela María Aieta de Gullo; hechos ocurridos hace más de tres décadas.
Las víctimas fueron secuestradas y retenidas ilegalmente en el antiguo centro de desaparición, tortura y exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Argentina, bajo el dominio de Massera.
El dictador no pudo enfrentar la justicia debido a que sufrió un primer ACV hace algunos años, quedando postrado y en estado casi vegetativo. Ese proceso había sido suspendido en 2005, pues la justicia de su país alegó que sufría demencia.
Sin embargo, estaban pautadas unas audiencias ante los tribunales de Roma el pasado 5 de noviembre, así como el 18 de noviembre y el 14 de diciembre de este año. Para el juicio testificarían personalidades como el juez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni; el premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel y el ex diplomático italiano Enrico Calamai.
Aunque no pudo ser juzgado, el abogado de la Liga de los Derechos Humanos de Argentina, Rodolfo Jason, consideró que el ex dictador murió siendo señalado por la justicia y la humanidad como un asesino y responsable de atroces crímenes contra la humanidad.
‘‘Murió como condenado, como responsable, como el hombre que ha dado órdenes de desaparecer, torturar y matar a miles de argentinos (…) No ha muerto perdonado», expresó.