Arabia Saudita, sede de los principales santuarios del Islam, anunció que el domingo comenzará el Ramadán y las miradas de los musulmanes apuntarán hoy a la luna antes de empezar un mes de rígidas abstinencias.
La Corte Real wahabita, cabeza de una de las escuelas más influyentes y conservadoras del sunnismo, fijó el comienzo del ayuno para la próxima madrugada en base al informe de un tribunal de alto rango que no logró anoche ver a simple vista el inicio de la fase creciente de la luna.
Reunido en la ciudad de Taif, la aludida Corte Superior validó la unanimidad de otras dependencias regionales respecto a que el mes actual de Shaaban completará sus 30 días este sábado y el creciente del venidero mes, llamado precisamente Ramadán, debe empezar a correr mañana.
La tradición estipula que sólo el avistamiento de la luna nueva de forma natural (sin telescopios o binoculares) marca el comienzo del mes sagrado en el que los musulmanes están llamados a abstenerse de comer, beber, fumar y tener sexo desde la salida hasta la puesta del sol.
Bahrein, Kuwait, Qatar, Omán y Emiratos Árabes Unidos (EAU), además de Túnez, Argelia, El Líbano, Libia, Egipto, Jordania, Sudán, Palestina, Indonesia y Malasia, comenzarán el Ramadán el domingo.
Hasta ahora sólo las autoridades religiosas de Yemen fijaron el inicio del ayuno para este mismo sábado, pues la luna nueva varía según el país.
Sin embargo, coyunturas políticas y, sobre todo, de extremismo religioso afectan el Ramadán de este año lunar, el 1435 de la Hégira, que cuenta a partir del momento del año 622 en que el profeta Mahoma huyó de la persecución de sus adversarios en la ciudad de la Meca hacia la de Medina.
El rey Abdulah bin Abdulaziz de Arabia Saudita, quien ostenta el título de custodio de las Dos Santas Mezquitas del Islam, ordenó esta semana «tomar todas las medidas necesarias» para proteger al país del terrorismo islamista ante la convulsa situación regional, en particular en Iraq.
Mediante otro decreto, el Ministerio del Interior amenazó con expulsar a cualquiera de los nueve millones de expatriados, básicamente trabajadores contratados, que irrespeten el Ramadán, léase comer, beber, fumar o tener conductas ofensivas en plazas, calles y centros laborales.
Gestos más conciliadores se constataron en EAU, donde fueron perdonados más de mil 700 prisioneros, y en Kuwait, cuyo Ministerio de Defensa liberó a oficiales presos por casos de indisciplinas.
Durante todo el mes -que la tradición islámica asegura fue el período en que el Corán le fue revelado a Mahoma- se sucederán los «iftar», palabra árabe que alude al desayuno o primera comida del día, y deviene una amena comilona en las tardes-noches tras cada puesta del astro rey.
En El Líbano, el Grand Muftí (máximo jerarca sunnita), Mohammed Rashid Qabbani, llamó a los musulmanes a mostrar una conducta piadosa y noble, pero entidades caritativas chiitas decidieron cancelar los «iftar» diarios en Beirut tras sufrir dos de los tres ataques suicidas de la pasada semana.
Al comenzar el Ramadán, se abre también el tiempo de descuento para el Eid Al-Fitr, tres días de banquetes y fiestas que siguen al ayuno y son un modo de «desquite» tras extenuantes sacrificios y recogimiento espiritual.