El montaje se presentara este miércoles y jueves en el TTC|¿A quién le importa? le abre las puertas del teatro a las personas con diversidad funcional

Este miércoles 10 y jueves 11 de diciembre se estrenará la obra ¿A quién le importa? un montaje que da protagonismo a las personas con diversidad funcional y que arremete contra los estereotipos de la televisión. La pieza escrita por Paola Sabogal, cuenta con la dirección de Armando Lozada y una actriz y dos actores con síndrome de Down. El montaje tendrá por ahora estas dos funciones en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño (TTC).

La producción de la Fundación Orgullo Down, destacó su autora, es una comedia que parodia los estereotipos de las telenovelas y algunos programas de la pantalla chica, “que tratan de imponerle a las masas un modelo único a seguir: en el que la única manera de ser feliz es siendo un hombre blanco, rubio, exitoso, delgado y con dinero, y que todo lo que no se acerque a eso es condenado a lo invisible, al margen”.

No obstante, reclamó Sabogal, en ese margen donde no están las personas “exitosas”, entran las y los individuos con diversidad funcional y allí es donde cabe la crítica de la obra.

En esta historia la protagonista es Luisa Lovera, encarnada por la reconocida actriz Verónica Arellano, que se hace llamar por su nombre artístico Luise Love, por si alguna vez la llamaban de Hollywood. Esta “exmiss” fue la estrella mimada de los medios durante dos décadas, y ahora, al cumplir 40 años y haber subido de peso, su carrera declina y sufre una situación económica apremiante. Para ayudarla a conseguir dinero, el mánager le propone hacer una campaña de antimicóticos “que nadie quiere hacer” y le pedirá que acepte a su prima Daya como asistente, caracterizada por Dayhira Navas, una novel actriz con síndrome de Down.

“Esta mujer (Luise Love) que nunca a visto a una persona con diversidad funcional o la ha ignorado, la rechaza en primer lugar porque no tiene dinero, pero esta muchacha acepta trabajar los primeros tres meses gratis”, contó la escritora.

El elenco lo completan Yonyi Gutiérrez (mánager), el bailarín del Centro Nacional de Danza, Jefferi Ortígoza (coreógrafo y fotógrafo), María Brito (madre de Daya) y Rosalia Poleo (madre de Luise Love). El esposo de Daya será interpretado por Andri Orán o Jesús Guerrero, otro actor con síndrome de Down.

Finalmente, también actúa el pequeño Camilo Lozada Sabogal, de tan solo dos años de edad, hijo de la escritora Paola Sabogal y el director de la pieza, Armando Lozada. El niño tiene síndrome de Down.

Según la dramaturga, esta obra de teatro también examina la maternidad, desde el papel de Mirta, la madre materialista que quiere que su hija Luise Love la mantenga. También está Sabrina, la progenitora de Daya, una castradora que impide el desarrollo de su hija. Por otra parte, la misma Daya aspira convertirse en madre en una sociedad que no está preparada para las personas con diversidad funcional y Luise Love, que al final vivirá la maternidad.

LA PRIMERA

¿A quién le importa? es la primera obra que escribe Paola Sabogal, quien tenía como experiencia teatral una adaptación de El general en su laberinto, novela original de Gabriel García Márquez, que no llegó a montarse en un escenario.

“Igual es un proyecto que queremos hacer el próximo año con personas con diversidad funcional y con personas regulares”. La autora sostiene que este elenco mixto se parece más a la sociedad, diversa de por sí, en la que convivimos todas y todos a pesar de las diferencias.

Otra que debuta con el montaje es la actriz con síndrome de Down, Dayhira Navas, de 26 años de edad, que se graduó en una escuela especial en la mención Informática y trabaja en el Teatro Principal. “Su calidad actoral y su ética profesional es increíble. Con ella se logró el objetivo”, sentenció Sabogal.

EN CINCO PASOS

¿A quién le importa? se presentará en la Sala José Félix Ribas por el apoyo del despacho de Cultura y el Centro Nacional de Teatro, con la producción del Teatro Teresa Carreño y la Fundación Orgullo Down Venezuela, una organización que funciona desde hace dos años y trabaja por una mejor convivencia de la sociedad con la integración de personas con diversidad funcional.

ado y con dinero, y que todo lo que no se acerque a eso es condenado a lo invisible, al margen”.La Fundación Orgullo Down Venezuela es presidida por Paola Sabogal, quien emprendió esta iniciativa por su hijo Camilo. La institución, precisó, apuesta por cinco pasos para lograr una mejor convivencia. Primero está la “visibilización” de las personas con diversidad funcional, tanto para ser reconocidas como para mostrarse sin vergüenza. “Es necesario salir a la luz”, acotó.

El segundo aspecto es el “respeto”, para ir a la “normalización”, el tercer paso. En el cuarto punto es necesario “la integración” en las escuelas, lugares de trabajos y demás espacios públicos.

“En este sentido, Orgullo Down Venezuela hace ¿A quién le importa? para criticar a unos medios que quitan del mayor alimentador de cultura a las personas con diversidad funcional, condenándolas a la invisibilidad”, argumentó.

Finalmente, añadió Sabogal, el quinto paso es la convivencia.

Pese a los diferentes avances en las leyes para el beneficio de las personas con diversidad funcional, y que cada vez son menos los obstáculos en las instituciones, la escritora considera que todavía la sociedad “es muy dura”, porque impera el tabú.

“Cuando nace un niño con síndrome de Down, los médicos lo desahucian, porque su condición acarrea patologías que no siempre se van a desarrollar” y pareciera “que cuando te lo entregan te llevas a casa un síndrome y no un bebé, con un diagnóstico reservado, sin tomar en cuenta que con amor, terapia y paciencia se pueden lograr grandes cosas, se le puede educar y puede tener una vida plena”, reflexionó.

Sabogal recordó que las personas con diversidad funcional pueden estudiar, trabajar y vivir en pareja. “Pero como sociedad tenemos que ver a las personas y no a la silla de ruedas, al bastón, al síndrome, porque primero vemos la condición y de último, a la persona, cuando debería ser al revés”, lamentó.

La dramaturga criticó que a la sociedad no se le educa en cuanto a diversidad y que cuando supo que tendría un hijo con síndrome de Down no tenía información y tampoco conocía personas con esta condición. Así, comenzó un proceso de investigación “muy duro”, porque los sitios web científicos “son devastadores”. Sin embargo, también encontró en internet las historias de madres con diferentes experiencias de sus hijos con diversidad funcional que la ayudaron a enfrentar su maternidad.

“Esto se transformó en una lucha, en una posición política que reclama la presencia de personas con diversidad funcional en pantalla, en horario todo usuario, que sea un hecho normal que ellos estén en el espectro radioeléctrico, como primer paso hacia una visibilización colectiva”, demandó la escritora.

Orgullo Down, según su presidenta, es un espacio de “militancia a través del arte y los medios de comunicación” que comienza a crecer y fortalecerse. En 2015, esta organización espera brindar cursos de actuación para personas con diversidad funcional.

T/ Várvara Rangel Hill
F/ Miguel Romero-Cortesía Orgullo Down