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“Sin lugar a dudas que la televisión en su rol fundamentalmente político impulsa deseos. El hombre no puede no desear, es un animal deseante. Pero la televisión impulsa otro tipo de deseos. Hay deseos primarios: comer y aparearse. La televisión impulsa deseos fatuos, necesidades construidas a partir de la narrativa mediática y de la lógica del capitalismo”, aseguró Johan López, comunicólogo.
En entrevista realizada por el Correo del Orinoco, López analizó el rol que cumple la televisión en el desarrollo de una sociedad violenta.
Para ello recordó que el sistema capitalista excluye a la mayoría de las personas de las oportunidades para el desarrollo social pero por otra parte “intenta incorporar desde el consumismo. Desde allí el capitalismo es ‘bondadoso, profundamente democrático’”, ironizó.
“El capitalismo por un lado excluye, aparta, pero intenta homogenizar conductas y sobre todo consumos”, explicó al tiempo que agregó que “es interesante como la televisión es generadora de esas visiones de consumo que terminan tributando al orden de cosas existentes”.
LA VIOLENCIA ¿MÉTODO PARA SER PARTÍCIPE DEL SISTEMA DE CONSUMO?
“Hay una necesidad imperiosa de la gente que está en una barriada popular de consumir para poder ingresar de una forma al sistema”, indico López.
Pero si el capitalismo excluye a la mayoría del desarrollo económico ¿cómo puede entonces aspirar a que consuma lo que promueve? Esta incógnita que refiere a una doble condición injusta del sistema actual se resuelve con un método que de años para acá está siendo muy difundido por algunos productos televisivos: la violencia.
Así lo indicó López al poner como ejemplo las narconovelas colombianas signadas por una visión violenta que determina las relaciones sociales.
Un claro ejemplo, citó, es el de “Sin tetas no hay paraíso”. En ésta, los personajes se ven inmersos en un entramado social excluyente pero que incita, a su vez, a la posesión de bienes sin importar las maneras como se consigan. Tal como dice la frase: el fin justifica los medios.
“Ante la imposibilidad de tener los recursos económicos para comprar el producto que el capitalismo me está machacando constantemente”, la violencia termina siendo una opción, quizá la única para algunos.
López precisó que las narconovelas “son parte de la misma mecánica del poder, de esta misma dinámica del deseo”.
¿ES POSIBLE HACER TELEVISIÓN PARA EL SOCIALISMO?
Para López una transformación mediática con el objetivo de construir nuevos valores sociales debe ir acompañada y coordinada de políticas culturales más amplias. “No es solamente la televisión, es un paquete cultural, toda una lógica que está en concomitancia de quien ostenta el poder”, indicó.
“Para construir una contracultura contra lo que está instalado, no solo se puede parcializar el asunto única y exclusivamente en lo mediático”, dijo.
Al respecto, insistió en que “no podemos pensar el orden de lo hegemónico en términos parciales. En ese sentido si tu vas a combatir la hegemonía no puedes generar una lógica contrahegemónica desde la parcialidad”.
Para él, en Venezuela se ha avanzado aunque “me parece que en términos de lo simbólico de lo cultural hay grandes deudas”.
Vista la importancia que los medios de comunicación y en especial la televisión tienen para la transformación cultural de un país, propone que “para generar una nueva lógica mediática lo primero que hay que hacer es una nueva narrativa mediática”.
Sin embargo, destacó que “está en una disyuntiva interesante porque por un lado tienes que construir una nueva narrativa pero al mismo esa construcción tiene que echar mano de lo que ya está instalado, indefectiblemente debe ser así, en tanto que cómo logras tú deconstruir el gusto que ya está posicionado”.
López subrayó que “es difícil romper con el esquema que está profundamente instalado: esa narrativa tradicional, ese gusto posicionado”.
En definitiva, resaltó que una nueva estética y una nueva narrativa mediática deben tener como uno de nuestros principales valores la impronta venezolana.