Nueva hectáreas de papa Kennebec y una de Atlantis sembró Carlos Lorenzo a finales del año pasado en Chirgua. Aunque todavía no ha empezado a recoger la Atlantis, dice que lo que logra ver por encima es prometedor, pero con la Kennebec no puede decir lo mismo.
“Este año no tengo buen rendimiento, me baja por más de la mitad del rendimiento del año pasado. De 150 que recogía antes, ahora recogeré 60 o 75”, lamentó. El productor asegura que en su caso fue peor, porque las semillas que recibió se pudrieron después de haberlas sembrado, lo que complica aún más la situación.
Achaca el bajo rendimiento de sus cultivos únicamente a la calidad de las semillas. “Yo he trabajado como todos los años. Agua tengo de sobra; aquí no ha faltado riego, tampoco he tenido problemas con plagas ni nada de eso. El problema fueron las semillas”, describe.
A su parecer, esa situación es propicia para evaluar un cambio de patrones dentro de la dinámica papera: “Hay que traer nuevas semillas. Aquí hace dos años o tres años se trajo la Espunte y dio unos rendimientos buenos, pero no la trajeron más. Hay que experimentar con nuevas variedades”.
Reiteró que la Kennebec ya no está dando buenos resultados. “En todas las parcelas que la sembramos presentamos problemas de sarna, tenemos una pérdida en sarna que es considerable; de cada 10 papas, casi cinco se ven afectadas, y eso es pérdida porque así no la quieren en ningún lado”, expresó.
A eso añade la falta de maquinarias modernas. “El tractor más nuevo que yo tengo en mi finca es de hace 40 años, de cuando mi abuelo. Nos han prometido traernos nuevos tractores, pero no han llegado nunca”, fustigó.
No niega que la Revolución les haya dado un gran apoyo a los productores agrícolas, pero admite que hay aspectos que deben mejorarse. “Yo tengo trabajando con ellos ocho años y no me puedo quejar. El financiamiento ha sido bueno; el problema básicamente lo hemos tenido con las semillas”, reiteró.