“Es imposible hablar de la calidad de la educación si no tenemos como protagonista central al docente”, sentenció el profesor Luis Bonilla, coordinador del Centro Internacional Miranda y de la Red Global por la Calidad de la Educación. En este sentido, enfatizó la necesidad de “reivindicar al docente y recuperar el prestigio de la profesión”.
Explicó que cuando se habla de sistemas de medición de la calidad, siempre hay una resistencia natural y una actitud hasta defensiva del magisterio. “Sienten que detrás de eso vienen ataques, como en México, a la estabilidad laboral, los años de jubilación”, comentó.
REIVINDICACIÓN
Bonilla considera que para romper esa resistencia primero hay que promover la reivindicación del docente. A su juicio, eso implica mejorar las prácticas de formación continua del ejercicio de la profesión para que realmente pueda mejorar cada una de las agendas relacionadas al aula y los diferentes ámbitos de la calidad educativa.
Asimismo, considera fundamental atender el desafío de cómo atraer a los mejores estudiantes para el ejercicio de la profesión. “Eso significa generar toda una campaña donde los políticos y los gerentes desarrollen una propaganda continua que explique que el docente es quien tiene la responsabilidad fundamental en la construcción del conocimiento, pero también en la modelación de conducta social”, planteó Bonilla.
En este sentido, los profesionales de la docencia deben tener un papel protagónico y “no ser un combinado de piedras para el desarrollo de políticas educativas”.
LA DIMENSIÓN SALARIAL
Bonilla también destacó la importancia de evaluar la dimensión salarial y las condiciones de trabajo de los docentes. Comentó que “hoy en el mundo resulta odiosa las diferencias de salarios que existen según la región y país: Van entre 40 y 5.500 dólares”.
El vocero de la Red Global indicó que otro factor a considerar es que en la mayoría de los casos los que ganan menos son los que están a cargo de una mayor cantidad de alumnos.
Una situación similar ocurres respecto a la cantidad de supervisores por docentes. El cree que es imposible que se pueda cumplir la meta de acompañamiento pedagógico, cuando la relación entre supervisores y docentes es superior a mil.