Pese a haber presentado inconvenientes con la semilla de la papa Kennebec, Laureano Aldama reporta un buen rendimiento de la cosecha que recién empezaba a recoger el día que el Correo del Orinoco fue a su parcela. “Toda la semilla vino mojada” pero “ahorita se ve que está rindiendo”, comentó.
La reposición de la semilla dañada, en su caso, “se hizo a tiempo”, según comenta. Ahora espera terminar de arrancar para promediar. Sin embargo, estima poder recoger unos 12 mil kilos por cada hectárea, de las cinco que cultivó.
Aldama produce para el Estado, que lo financia y luego le compra toda su cosecha. Indica que hasta este momento le ha ido bien, a excepción de los pagos por el arrime, que se los realizan con mucha tardanza. Hace apenas un mes cobró el monto correspondiente al cultivo pasado.
También siembra con financiamiento propio, para ofrecer papa a particulares. El oficio papero lo ha practicado desde muy joven, dado que ha sido una tradición familiar. Al igual que la mayoría de los productores, esgrime tener dificultad para conseguir algunos insumos. “Yo tengo sacos porque los conseguí con un particular”, refirió.