Alberto Rowinski: Había que empezar a escribir sobre esa historia|En el año 2002 “Venezuela fue puesta al borde de la quiebra”

La paralización de la industria petrolera en el año 2002 no solo afectó a las refinerías, sino también a cada uno de los hogares del país. El actor y dramaturgo Alberto Rowisnki recuerda que “Venezuela fue puesta al borde de la quiebra”.

La sensibilidad hacia lo que ocurre en la sociedad y la histórica definición ideológica del teatro del silencio lo motivó a llevar a las tablas la obra Sabotaje Petrolero. Argumentó que “es un problema de conciencia y había que empezar a escribir sobre esa historia”.

QUIEBRE Y CONFRONTACIÓN

Durante el proceso creativo, Rowinski tuvo la oportunidad de escuchar cientos de historias de personas que vivieron el sabotaje en diferentes escenarios – unos más cercanos que otros a la industria petrolera – y define esos meses como un momento de quiebre y confrontación.

“Eran dos posiciones: una que aspiraba construir una sociedad diferente y otra que se negaba rotundamente al parto de la historia”, expresó el dramaturgo. Sin embargo, considera que esa confrontación fue también “un paso adelante en el proceso de transformación”.

LUCHA DE CLASES

Rowinski dice estar convencido de que “la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”. Y durante el sabotaje petrolero “a un sector no le importó nada, solo recuperar los privilegios que creían que iban a perder como clase social”.

Detalla que “prácticamente se pudo hundir el país, pero el proceso revolucionario siguió por el rescate de los excluidos”.

CAPACIDAD DE RESISTENCIA

Rowinski recuerda el 2002 y manifiesta que siempre le ha maravillado “la capacidad de resistencia, fe y confianza que tuvo un pueblo que estaba comenzando a transitar algo muy importante para sus destinos y su vida”.

Comenta que “la historia de la humanidad es la historia de los que luchan porque se transforme la sociedad, pero también de los que luchan para que nada se transforme; y eso fue lo que ocurrió en ese momento”.

SIN PANFLETOS

El dramaturgo sostiene que todos estos elementos fueron considerados por él y se comprometió a montar una obra que fuese vista y respetada incluso por quienes opinan diferente. “Lo hicimos con inteligencia y en la medida de lo posible con mucho respeto. Salvamos el panfleto”, expresó.

Cuenta que la reacción de la gente ha sido impresionante. “Me escriben al correo y me cuentan nuevas historias sobre lo que vivieron en ese momento”.

En este sentido, sostuvo que su aspiración es “hacer un teatro que enarbole los sueños por una sociedad más justa y más humana. Sé que hay conflictos, pero este pueblo tiene mucha fuerza”.

T/ Jeylú Pereda
F/ Joel Aranguren

Extrano que este Sr.en ningun momento se acuerde del PresidenteCmdt.Hugo Chavez. Sera que cree en Milagros.