El proyecto Espacios por la Paz y la Vida, elaborado por el Gobierno Nacional y trabajado con algunos colectivos de arquitectos, fue ganadora en la categoría producción social del habitat, premio en el que participaron 68 países y que es otorgado por la organización internacional Arquitectura sin Fronteras que opera en Francia.
La información fue suministrada al Correo del Orinoco por los arquitectos Marcos Coronel (Colectivo Pico) y Gabriel Visconti (AGA Estudio Creativo). El proyecto Espacios por la Paz y la Vida ha realizado 10 trabajos entre el año pasado y el presente, donde arquitectos, gobierno y comunidad trabajan en conjunto para crear zonas donde las comunidades se encuentren pacíficamente. Cada proyecto, al momento del inicio de la obra, se edifica en un mes o cinco semanas, con la participación, principalmente, de miembros de la comunidad y gente de Barrio Tricolor.
Coronel explicó: «Uno de los objetivos del proyecto en esos barrios es que se desarrolle un aprendizaje en la práctica. Van participando noveles y experimentados que se van adiestrando en la carpintería, la albañilería y otras especialidades. Eso queda para el futuro».
MANDA LA COMUNIDAD
Agregó Visconti: «La idea es que, cuando los arquitectos salgamos de la comunidad, esta cuente con unas herramientas tecnológicas para que puedan generar una fuerza organizativa de trabajo para darle uso al espacio intervenido, mantenerlo vivo y que trascienda en el tiempo, para que libere la necesidad de tener nuevos espacios públicos para la convivencia».
Estos proyectos “son una oportunidad para trabajar en el imaginario social de la gente el fenómeno de la convivencia. Está permitido el error y son proyectos que no deben ser vistos desde el detalle, sino desde el espíritu que recoge el proyecto y lo que puede potenciar a mediano y largo plazo en la comunidad», reflexionó Coronel.
Visconti analizó la permanencia en el tiempo de estas obras: «Debemos partir de que se realiza un diseño participativo y no que yo llegue con una idea brillante y te imponga lo que se debe hacer. La interrelación de criterios que se va construyendo con la comunidad organizada dirá lo que la obra durará, se mantendrá y transformará en el tiempo. La misma comunidad va regulando y haciendo los ajustes necesarios en la obra realizada».
ESPACIOS EVOLUCIONAN
Este profesional no descarta «para nada las capacidades de las comunidades, que tiene sus saberes populares. Muchos tienen profesionalización en lo que hacen: el carpintero que desarrolla la obra es un profesional que sabe de madera más que tú o que yo juntos. El albañil sabe más de la dosificación del cemento porque prepara mezclas a diario. En pocas palabras: no se hace nada que la comunidad no pueda gestionar. Incluso, que lo puedan mejorar o potenciar hacia el futuro. Las obras están hechas para que vivan».
Coronel agregó: «Lo que buscamos en esos territorios recuperados es que se genere reflexión en las comunidades de autogestionarse para organizar su territorio política y socialmente. Que desarrollen su entorno y aprendan a convivir».
Ambos profesionales señalaron que hay un espacio recuperado en Pinto Salinas en Caracas, donde la comunidad organizada extendió el proyecto al recuperar una cancha de baloncesto. En Cumaná, estado Sucre, la gente está gestionando otras actividades en el espacio construido.
Para ambos profesionales, «las comunidades son las que deciden que hacer con los espacios intervenidos al final».
GALARDÓN
Venezuela ganó la categoría producción social del habitat de la organización internacional Arquitectura sin Fronteras que opera en Francia y compitiendo con otros 67 países.