Por Arturo Tremont|Balance 2016 (Opinión)

La seguridad social está ligada estrechamente con la economía, por tanto, es difícil el desarrollo del sistema, sobre todo en los pilares básicos de salud y pensiones.

El ente rector de la seguridad social (IVSS) se ha consolidado organizativamente y ha cumplido con las obligaciones en sus centros de salud y el pago oportuno a mas de 3 millones de pensionados y pensionadas.

Pero no escapa a la situación crítica del suministro de medicinas y al reclamo permanente de las personas que solicitan el derecho a la pensión.

Es verdad que los centros de salud del IVSS funcionan mejor que los administrados por el Ministerio de Salud y otras instituciones. También es cierto que miles de pacientes con enfermedades de alto riesgo han sido atendidas por las farmacias especializadas que existen en Caracas y otras ciudades.

El crecimiento de las pensiones por vía regular ha sido insuficiente, por decir lo menos, aunque el procedimiento administrativo haya mejorado. No es posible determinar la cuantía de las pensiones por vejez, invalidez y sobrevivencia porque el IVSS no publica la lista de beneficiarios ni ofrece estadísticas para que la opinión pública conozca con transparencia dichos datos.

Aún no han sido resueltos los expedientes de las Actas de Débito, por la morosidad de las instituciones públicas, afectando a miles de personas que trabajaron en los ministerios de Educación y de Salud. El IVSS arrastra una deuda, no cuantificada, por retroactivos de solicitantes de pensiones desde 2008 a la fecha.

La Misión Amor Mayor incorporó en el último trimestre 1.111 pescadores, 3.210 artistas y cultores, 1.081 transportistas.

La política de inclusión ha tenido dificultades y estancamiento. Superar esos escollos es la tarea del 2017.

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