Camarada llamarada | Blindados (Opinión)

En medio de un río de militantes en apoyo al Gobierno revolucionario, la voz del Presidente retumba anunciando reciprocidad en las relaciones bilaterales con un país que se ha dedicado a decir en el mundo, a través de las marionetas de los medios tradicionales, que Venezuela, se encuentra atravesando lo que la derecha internacional ha llamado «crisis crónica».

Así recordamos cómo en épocas de la Mesa Democrática, luego Coordinadora Democrática, después Mesa de la Unidad Democrática, siempre se habló de crisis en Venezuela y la necesidad de una «transición». Así pasamos por manifestaciones, huelgas generales, guerras económicas, golpes de Estado, paros petroleros, intentos injerencistas, guarimbas, sanciones de todo tipo que sí se han vuelto crónicos por la acción de quienes solapadamente intentan desestabilizar y generar una sensación de «crisis crónica» con la cual justificar una intervención militar.

Vemos el tema de la actuación de diplomáticos estadounidense y otros nacionales de ese país en función de captar adeptos a una «transición» que implica una «salida» del Gobierno actual, presidido por Nicolás Maduro, contraviniendo leyes internacionales y legislación interna.

En el año 2010, el Comandante eterno, que mañana cumple dos años de su siembra, se puede decir que nos dejó blindados: contra el acaparamiento, la usura, y la guerra económica, Ley de Costos y Precios Justos, instituciones varias; Ley Especial contra el acaparamiento, la especulación, el boicot; planes productivos inscritos en el Primer Plan Socialista y con apoyo de países aliados. Contra la injerencia, la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional que prevé sanciones económicas, judiciales y políticas contra organizaciones con fines políticos, o particulares que reciben financiamiento extranjero con incidencia en la vida nacional, ó extranjeros que participen en actividades que «ofendan» instituciones del Estado y/o funcionarios, lo cual podría acarrear expulsión del territorio venezolano.

Y, sobretodo, la unión cívico-militar, herramienta que ha impulsado una conciencia colectiva que se volvió ese mar de «pueblo valiente» que es garantía de una «Patria independiente», que no olvida y que se mantiene en pie de lucha en unidad para la batalla y la victoria, como legado insoslayable del Gigante.

T/ Carolina Escarrá G.