El Comité de Víctimas de las Guarimbas y el Golpe Continuado llevó a cabo ayer un foro en la UNEFA de La Isabelica, Valencia, a fin de exponer la experiencia de este grupo de personas y manifestar su deseo de hacer justicia con todos los casos.
Desiré Cabrera, madre de una de las niñas de la casa-cuna del Ministerio de Vivienda en Caracas, sede que en 2014 fue atacada e incendiada a manos de grupos de extrema derecha, aseguró que el pueblo debe rechazar a los violentos para que no se comenten nuevamente crímenes de esta categoría.
“La gente no debe caer en manipulaciones, porque fueron 43 víctimas el año pasado, pero hay que sumar las de 2013. Hay que mantener la paz, por nuestro bienestar colectivo y para que más nunca ocurran cosas como estas”, acotó Cabrera, quien recordó que su hija y el resto de los niños fueron desalojados del sitio incendiado, gracias a la rápida acción de los cuerpos de prevención y seguridad del Estado.