La derecha tiene dos obligaciones que cumplir en este momento, la primera: retirar la proposición del revocatorio y, la segunda: destrancar la situación política del país, y entre otras decisiones, debe desincorporar a los tres ciudadanos que usurpan curules en la Asamblea Nacional (AN), lo que ha colocado al Parlamento en desacato constitucional.
Una vez que la AN se ponga a derecho, puede iniciarse un proceso de diálogo político, e incluso, ir a un acuerdo nacional para atender los problemas económicos de la Nación, que requieren del esfuerzo mancomunado de todos los poderes, en particular, del Ejecutivo y del Parlamento.
Las elecciones de gobernadores y de alcaldes ya fueron convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para el año que viene, es clarísimo que el referendo revocatorio es inviable, vamos a la agenda política normal de la República.
Como toda crisis política está relacionada con la situación económica, todos los esfuerzos del Gobierno revolucionario están colocados en superar la situación de escasez que sufrimos todos los venezolanos.
En este sentido, hay que señalar que el anuncio de acuerdos entre los países productores de petróleo, los que están en la OPEP y los que no están en la Organización, podría conducir a una estabilización de los precios, y eso es una gran noticia para Venezuela.
Un aspecto preocupante es que ante el llamado a elecciones regionales y municipales, la facción fascista de la MUD convoca “a la calle” y como el referendo revocatorio no va este año, preparan guarimbas y auspician la intervención extranjera en nuestro país.
Es hora de alcanzar un acuerdo nacional, de abrir espacios de entendimiento político; hay que destrancar la situación política e impedir que nos metamos en una espiral de violencia.